Las autoridades ambientales en Chile investigan la muerte de más de 3.000 aves marinas cuyos restos han quedado esparcidos a lo largo de la región de Coquimbo, en el norte del país, tras descartar que sea consecuencia del brote de gripe aviar que golpea todas sus costas.
Centenares fueron recogidos esta semana por funcionarios de la SAG vestidos con traje de bioseguridad y a solo metros de restaurantes, hoteles y casinos.
Este viernes se conocieron los resultados de los exámenes a los que fueron sometidos las aves, que inicialmente descartan gripe aviar, informó el director del organismo en Coquimbo, Jorge Mautz.
El resultado "es confiable", señaló el funcionario.
Las autoridades investigan ahora qué pudo ocasionar la muerte de estas miles de aves, en un fenómeno que ha sorprendido a los habitantes del lugar.
Para el director regional del SAG "algo está pasando en el mar" que ocasiona la muerte de estas aves que se sumergen en los océanos en busca de alimentos.
Esta muerte masiva se da en medio de un fuerte brote de gripe aviar que azota a las costa de Chile desde diciembre de 2022, una enfermedad sin cura que ha matado a miles de animales, entre ellos pingüinos, pelícanos y lobos marinos.
Chile calcula que alrededor del 10% de las 10.000 pingüinos de Humboldt, una especie vulnerable, murieron. Además, han perecido 9.000 lobos marinos, el doble de todos los casos registrados en los últimos 14 años.
El 29 de marzo se confirmó, además, el primer caso de contagio en humanos, un paciente de 53 años que aún permanece hospitalizado.