El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, dijo que el Ejército israelí entrará en Rafah para eliminar a los cuatro batallones de Hamás que presuntamente quedan en el sur de la Franja de Gaza, “con o sin acuerdo” de tregua.
Sus palabras llegan cuando Hamás estudia la última propuesta de tregua de los mediadores en El Cairo, y que contempla un alto el fuego de 40 días y la liberación de miles de presos palestinos a cambio de rehenes en Gaza, según medios israelíes.
Organizaciones internacionales y gran parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, han advertido de que una ofensiva contra Rafah supondría una catástrofe humanitaria aún mayor que la que ya están sufriendo los palestinos en el enclave, con escaso alimento, agua potable y un sistema sanitario devastado.
En Rafah malviven 1.4 millones de gazatíes, la mayoría desplazadas de norte durante una guerra en la que ya han muerto más de 34,500 personas en 207 días de ofensiva, donde cerca del 80% de la población sigue desplazada.