El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, defendió este viernes su política de seguridad, luego de que Estados Unidos advirtiera que una reciente escalada de ataques del narcotráfico afecta las inversiones en el país.
Salazar manifestó preocupación por los atentados que dejaron una docena de muertos y comercios quemados, y advirtió que esa situación "enfría" las inversiones de Estados Unidos y otros países en México.
Para el embajador, la seguridad es más fundamental" que el propio acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC.
López Obrador insistió en que las acciones de la semana pasada en varios estados mexicanos obedecen a un despliegue de "propaganda" de los criminales ante los golpes que les han asestado las autoridades.
Bajo el lema "abrazos, no balazos", el líder mexicano apunta a una política basada en atacar la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades para los jóvenes como causas estructurales de la violencia, lo que le ha valido críticas de la oposición y expertos.
El presidente sostiene que su plan favorece las operaciones inteligencia antes que la guerra, a la que atribuye la espiral de violencia que deja unos 340.000 muertos desde 2006, cuando se militarizó la lucha antidrogas.