El número de adolescentes no acompañados o separados de sus familias que cruzan la peligrosa selva del Darién continúa creciendo. Actualmente estos jóvenes llegan a las Estaciones de Recepción Migratoria de Panamá, donde se les brinda protección hasta que logren comunicarse con sus familias.
La periodista Adela Coriat se trasladó al lugar y conversó con varios de ellos. Andrea Lozano, adolescente migrante, contó que algunos fallecieron en medio de la selva del Darién.
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"El río estaba hondo y vi como se llevó a varios de ellos y más adelante encontramos los cuerpos, pero al no poderlos sacar se entierran en el lugar o quedan en la intemperie", señaló. "El río estaba hondo y vi como se llevó a varios de ellos y más adelante encontramos los cuerpos, pero al no poderlos sacar se entierran en el lugar o quedan en la intemperie", señaló.
Lozano tiene la esperanza de llegar a Estados Unidos para trabajar y ser alguien en la vida, para posteriormente regresar a su país de origen Colombia. Su mamá falleció y la joven Lauren Peredo la ayudó a seguir su camino aunque en ocasiones pensó rendirse.
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"Muchas veces decía que no podía, que me dejaran y se llevaran a mis hijos porque yo iba con mis dos hijas, la verdad es algo horrible", destacó Peredo. "Muchas veces decía que no podía, que me dejaran y se llevaran a mis hijos porque yo iba con mis dos hijas, la verdad es algo horrible", destacó Peredo.
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Aunque las razones que los llevó a migrar son distintas, el objetivo de todos es buscar una mejor calidad de vida y así ayudar a sus familiares.
El director de UNICEF para América Latina y el Caribe, Garry Conille afirmó que “la violencia de las pandillas, la inestabilidad, la pobreza y los acontecimientos relacionados con el clima se están apoderando de la región, de una manera alarmante, y empujando a más niños y niñas a abandonar sus hogares”.
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Actualmente estos jóvenes no acompañados llegan a las Estaciones de Recepción Migratoria en Darién, donde se les brinda protección.