En el primer semestre de 2024, la economía de Panamá ha experimentado una marcada desaceleración en comparación con los sólidos resultados de años anteriores. Mientras que en 2023 el país creció un robusto 7.5%, impulsado por sectores clave como la construcción, la logística y el comercio, las proyecciones para este año apuntan a una expansión mucho más moderada, del 2.5%. Este retroceso se debe, en gran medida, al impacto del cierre de la operación de Minera Panamá, un proyecto de gran envergadura que representaba el 5% del PIB y cerca del 7.5% de las exportaciones nacionales, esto según un el Informe de Estabilidad Financiera de la Superintendencia de Bancos de Panamá.
Además del cierre de la mina, el entorno económico global también ha sido desfavorable. Si bien se espera que la economía mundial crezca un 3.2% en 2024 y 2025, las previsiones para América Latina son más moderadas, con un crecimiento estimado del 2% para la región. A pesar de un buen comienzo de año en varios países latinoamericanos, las economías emergentes enfrentan una desaceleración, lo que genera incertidumbre en el contexto externo.
Sectores que impulsan la economía y desafíos sectoriales
A pesar del panorama general de desaceleración, algunos sectores de la economía panameña han mostrado resiliencia. Según el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), la economía creció un 2.1% interanual en el primer semestre de 2024. Este crecimiento fue impulsado principalmente por sectores como el transporte, almacenamiento, construcción, manufactura y comercio.
Sin embargo, las dificultades en sectores estratégicos como la minería han sido difíciles de compensar. La actividad crediticia también ha mostrado una moderación en el crecimiento, lo que plantea nuevos desafíos en la capacidad del sistema financiero para sostener el dinamismo económico. Además, las condiciones del mercado laboral han comenzado a mostrar signos de debilitamiento, lo que podría reducir aún más el consumo y la inversión interna en el corto plazo(IEF-I-Semestre-2024).
El sector bancario panameño ha reflejado esta dinámica mixta. A pesar de los retos, el Centro Bancario Internacional (CBI) ha mostrado resultados positivos en el primer semestre de 2024. Las utilidades acumuladas han registrado un crecimiento interanual del 12.7%, alcanzando los USD 1,623 millones. Este desempeño se debe en parte a la mejora en el margen financiero y al incremento en las comisiones por el otorgamiento de créditos(IEF-I-Semestre-2024).
Inflación moderada y desafíos fiscales
Uno de los aspectos positivos en medio de la desaceleración económica ha sido la baja inflación. En 2023, Panamá registró una tasa de inflación promedio del 1.5%, una cifra baja en comparación con otros países de la región. Se espera que la inflación se mantenga contenida, cerrando en un 1.4% para finales de 2024(IEF-I-Semestre-2024). Esta estabilidad de precios ha sido crucial para evitar que la economía enfrente mayores presiones sobre el costo de vida y el consumo interno. Sin embargo, el entorno global sigue siendo incierto, y el comportamiento de los precios de las materias primas, particularmente el petróleo, podría alterar esta proyección.
En cuanto a las finanzas públicas, el gobierno ha intensificado sus esfuerzos de consolidación fiscal, con el objetivo de reducir el déficit del 3% del PIB registrado en 2023 al 2% en 2024. No obstante, este objetivo enfrenta serias dificultades, ya que el presupuesto de 2024 autoriza un incremento en el gasto, lo que podría complicar el esfuerzo por contener el déficit. A pesar de ello, se espera que Panamá mantenga su grado de inversión durante 2024, gracias a su historial de manejo macroeconómico prudente y su capacidad para atraer inversiones internacionales.