Justo cuando parecía que la saga interminable entre el estado y Minera Panamá llegaba a su fin, con la espera de la decisión de la Corte Suprema sobre su inconstitucionalidad, el rechazo de la sociedad que llevaba ya 8 días en protesta, llevó al presidente de la República, Laurentino Cortizo Cohen, a tomar decisiones que podrían llevar a la nación a un giro inesperado, así lo consideró el mayor banco de Estados Unidos, JP Morgan & Chase, quien sigue de cerca el polémico contrato de Panamá.
Minera Panamá, manejada por la empresa canadiense First Quantom, representa el 1.5% de la extracción de Cobre a nivel mundial.
Rol del contrato en la economía panameña
JP Morgan indicó en su análisis que la pérdida del grado de inversión era al inminente, debido a la constante falla en alcanzar los objetivos fiscales. Los expertos consideran que el planteamiento es sencillo: un porcentaje de 5% en su modelo de crecimiento a término medio, sería suficiente para que Panamá salga de sus deudas, sin necesitar de una mayor correción fiscal.
Según las autoridades panameñas, el estado estaba cerca de situarse en el 3%, tan solo hace unas semanas antes de la crisis. Demuestra lo poco centrados que está el gobierno en salir de los altos niveles de deuda que ostenta.
Sectores no aceptan llamado a referéndum de contrato minero
Implicaciones del referéndum
Desde el punto de vista económico, Cobre Panamá representó, según la última comunicación de la compañía, alrededor del 4,8% del PIB el año pasado (la producción minera en sí representó poco menos del 4%). Ahora bien, la posible rescisión del contrato no implica necesariamente (y muy probablemente no implica) que la mina dejaría de operar, consideró el banco JP Morgan, sólo significaría que cambiaría de dueño.
"Por lo tanto, hablar de un impacto del 4% al 5% del PIB no nos parece razonable", reseñó el banco. De la misma manera, consideraron que los aproximadamente 400 millones de dólares pagados al año en regalías y otros impuestos al gobierno, probablemente provendrían de otra parte (esto si el Estado operara, de las ganancias, si se licitaran a una nueva empresa, de los impuestos nuevamente).
Los cuatro escenarios
Los expertos de JP Morgan dijeron que un primer escenario, sería que se renegocie el contrato y que el gobierno logre pactar con First Quantum nuevos términos que apaciguen el malestar social. Un segundo escenario sería prescindir del contrato en su totalidad y negociar un nuevo contrato con otra empresa.
La tercera opción sería que el Estado panameño, asuma el control de la mina. Bajo estos dos últimos escenarios, y según el Artículo VIII del Tratado Internacional para Promover y Proteger Inversiones entre Panamá y Canadá, el gobierno tendría que destinar todo el First Quantum a su inversión, que se estima en alrededor de US$7 mil millones.
El escenario final es que la mina deje de operar, lo que parece poco probable para los expertos de JP Morgan, incluso si las protestas han alegado preocupaciones ambientales. En este último escenario las pérdidas fiscales y económicas serían graves.
JP Morgan pensaba que el gobierno había logrado superar el malestar social y manifestaron estar a espera del fallo constitucional, pero los banqueros expresaron que la introducción de un referéndum sobre el tema, traerá como mínimo mucho ruido político en las próximas semanas.
Además, los financistas puntualizaron que si el referéndum rechaza el contrato, mucho dependerá de la forma en que se digiera, el destino de Panamá dependerá de los cuatro escenarios, que plantearon anteriormente.
Pero en cualquier caso, si se revoca el contrato, los expertos de una de las mayores empresas financieras del mundo, creen que la probabilidad de que Panamá pierda su calificación de grado de inversión en el corto plazo aumenta significativamente.
Esto se debe a que una menor confianza en el marco institucional del país probablemente generaría una menor inversión y un menor crecimiento a mediano plazo. Esto, a su vez, ejercería una presión significativa sobre las finanzas del país, ya que perderían lo que hasta ahora considerábamos su ancla que era la minería.