En una reciente entrevista, el exministro de Economía, Fernando Aramburú, compartió su preocupación sobre el impacto de la crisis financiera en Panamá, no solo en los ciudadanos jubilados y futuros jubilados, sino también en las finanzas públicas del país. Aramburú destacó la debilidad actual del sistema y la necesidad de una reforma fiscal.
En su opinión, la solución no solo requiere el aumento de impuestos, sino de revisar exoneraciones fiscales y subsidios. Según él, los 62 regímenes especiales actuales son en realidad subsidios indirectos que perjudican a la economía.
Financiamientos para Panamá
El exministro también abordó la situación del crédito internacional de Panamá, señalando que las altas tasas de interés en financiamientos de obras públicas, como el del cuarto puente sobre el canal, son reflejo de un costo elevado debido a problemas fiscales y de riesgo. Aramburú considera que es crucial reducir el déficit fiscal al 1.5 % o 2 % del PIB, lo cual requeriría un aumento significativo en la recaudación tributaria.
Además, Aramburú enfatizó la necesidad de reducir el exceso de personal en el gobierno. “Nunca es agradable reducir personal, pero el gobierno tiene un exceso de trabajadores en ministerios y otras instituciones,” afirmó. Propuso una reingeniería del estado, fusionando instituciones y eliminando funciones redundantes para mejorar la eficiencia del sector público.
Concluyó que la inversión en infraestructura y el fortalecimiento de la confianza del sector privado son esenciales para el desarrollo económico de Panamá. “Cada dólar invertido por el sector público debería generar seis o siete dólares en inversión privada,” destacó.