Tras recuperarse de la pandemia, el crecimiento económico de América Latina se moderará del 4,1% de 2022 a 2,3% este año, a causa de la desaceleración sufrida por los principales socios y las tensiones geopolíticas, entre otros factores, indicó este viernes el FMI.
Y ello debido al debilitamiento de la demanda externa e interna, por un lado, y por otro, los efectos rezagados de la apreciación de las monedas en algunos países, según el documento.
El Fondo señala que aunque parece que los riesgos para las perspectivas económicas están más equilibrados que el pasado abril, cuando la organización publicó sus últimas estimaciones-, permanecen "sesgados a la baja".
Entre los riesgos externos, el informe menciona un menor crecimiento en los principales socios comerciales, la volatilidad de los precios de las materias primas, choques inflacionarios, la turbulencia en los mercados financieros mundiales y un incremento de las tensiones geopolíticas.
A nivel regional, los principales riesgos están vinculados a la inflación y a las tensiones sociales, además de los relacionados con el clima, que supondrán retos a corto y medio plazo, sobre todo en América Central y el Caribe.
El informe también advierte del impacto que podría tener el fenómeno meteorológico de El Niño en la región, lo cual "podría incidir negativamente en la actividad económica".
Economía resistente
El Fondo recomienda la aprobación de políticas que promuevan el comercio y las inversiones pero, sobre todo, la cohesión y protección social.
En el caso de México, el FMI proyecta un crecimiento de 3,2% para 2023, menos que el registrado en 2022 (3,9%) pero mejor que las expectativas iniciales.
El informe señala que, aunque el país se demoró en recuperarse de la pandemia de covid, sectores que antes iban a la zaga, como la construcción, ahora van en cabeza.
El crecimiento de Brasil también fue "más resiliente de lo esperado", indica el informe, situándose en 3,1% en 2023, frente al 2,9% del año pasado. Para 2024, en cambio, el Fondo prevé que se desacelere a 1,5%.
En Colombia, tras el fuerte crecimiento de 2022 (7,3%), la economía se está desacelerando y el Fondo prevé que en 2023 el índice se sitúe en 1,4%, antes de repuntar el año que viene, a 2,0%.
Y en Chile, que en 2022 tuvo un crecimiento de 2,4%, el FMI espera una contracción del 0,5% este año, antes de rebotar a +1,6% en 2024, impulsado por las exportaciones y la recuperación del consumo.
Según el Fondo, la contracción prevista este año se explica por una menor demanda interna en Chile, comparada con el repunte que se observó en 2021 y 2022.
Relajar políticas monetarias con prudencia
La inflación de la región ha disminuido, aunque el reporte no tiene en cuenta los datos de Argentina, muy imprevisibles en un contexto de alta volatilidad cambiaria, ni de Venezuela, donde no hay cifras oficiales.
La incipiente atenuación de la inflación en toda la región se vio impulsada por un crecimiento más lento de los precios y por la caída de los precios internacionales y la apreciación de las monedas nacionales, que facilitaron un abaratamiento de las importaciones, recoge el documento.
"Seguirá siendo necesario encontrar un equilibrio justo entre encauzar la inflación por una senda descendente duradera y minimizar el riesgo de un período prolongado de débil crecimiento", indicó Valdés.
"Es crucial determinar el ritmo adecuado del relajamiento monetario y evaluar el impacto que ha tenido en la inflación el endurecimiento previo, dado que la política monetaria opera con rezagos", insistió.