Después de diez años y cinco intentos fallidos de negociación, trabajadores y empleadores lograron un acuerdo en la mesa del salario mínimo, un resultado que la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP) calificó como un triunfo colectivo para el país.
“No porque fuera sencillo —porque no lo fue—, sino porque entendimos que estábamos ante una oportunidad en la que o perdíamos todos, o ganábamos todos”, señaló la CCIAP, subrayando que el proceso se desarrolló sin una lógica de vencedores y vencidos.
La Cámara destacó que el acuerdo evidencia un esfuerzo conjunto entre empresa privada, trabajadores y Gobierno. “La empresa privada, los trabajadores y el Gobierno logramos remar juntos para alcanzar un acuerdo que aporta estabilidad y un horizonte más claro para Panamá”, indicó el gremio, al valorar la concertación como una señal positiva para el clima económico y social del país.
Durante las negociaciones, cada sector llegó con objetivos distintos. Según la CCIAP, los trabajadores buscaban proteger su poder adquisitivo, mientras que los empleadores defendían la sostenibilidad de las empresas. Sin embargo, el punto de convergencia fue el bienestar general. “Supimos hacer a un lado intereses particulares para concentrarnos en el bien común”, destacó el comunicado, al reconocer que hubo momentos de alta tensión en la mesa.
Hecho histórico
El gremio empresarial también calificó el proceso como un hecho histórico, al participar por primera vez como comisionado principal en la mesa de negociación. “Estuvimos allí, trabajando directamente, discutiendo, escuchando y construyendo consensos”, afirmó la CCIAP, al señalar que en el pasado su rol había sido únicamente técnico dentro del sector empleador.
Uno de los principales objetivos del sector empresarial fue la preservación del empleo.
La CCIAP también reconoció el papel del Gobierno como facilitador del diálogo. “Fue garante, acompañó, facilitó y ayudó a que las partes se entendieran sin imponer”, destacó el gremio, al considerar que esta mediación permitió sostener la conversación en los momentos más complejos.
El acuerdo alcanzado beneficiará a miles de trabajadores y, al mismo tiempo, brindará mayor estabilidad a las pequeñas y medianas empresas. Para la Cámara, este consenso no marca un cierre definitivo, sino el inicio de una nueva etapa de diálogo. “Este acuerdo no es un punto final; es un punto de partida”, concluyó el pronunciamiento, reiterando que cuando los sectores suman esfuerzos, el país avanza.




