La reciente adquisición de la mayoría de las acciones de Hutchinson Ports Company por parte del gigante estadounidense de inversiones BlackRock marca un hito en la industria marítima mundial. Esta transacción, valorada en cerca de $20 mil millones, incluye la compra del 80% de la compañía a nivel global y el 90% de sus operaciones en Panamá, específicamente los puertos de Balboa y Cristóbal. Carlos Urriola, especialista en temas portuarios, calificó esta operación como un "tsunami en el negocio marítimo portuario", debido a su magnitud y complejidad.
Impacto en Panamá y el papel del Estado
Urriola destacó que ahora Panamá se vuelve aún más relevante en la industria marítima, ya que ahora albergará a algunos de los actores más influyentes del sector. Esto podría reactivar proyectos como la construcción de una nueva terminal en el lado este del Pacífico panameño, una iniciativa que ha sido discutida por años.
Desde el punto de vista regulador, Urriola explicó que el Estado panameño deberá recibir una notificación formal una vez que la transacción se concrete en abril. En ese momento, la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) tendrá que verificar si la empresa ha cumplido con sus compromisos contractuales, incluyendo auditorías de cumplimiento.
¿Puede Panamá renegociar términos con BlackRock?
Sobre la posibilidad de que el Estado panameño renegocie términos con BlackRock, Urriola señaló que, aunque sería ideal mejorar las condiciones actuales, el contrato de concesión con Hutchinson está pactado hasta 2047. No obstante, sugirió que ambas partes podrían sentarse a discutir posibles ajustes.
Factores a considerar en la transición
Más allá del papel del Estado, los contratos existentes entre Hutchinson y las líneas navieras podrían ser un factor clave en la operación. Urriola explicó que algunas compañías navieras cuentan con cláusulas de "cambio de control", lo que podría afectar la relación comercial con los nuevos dueños.
