El programa de invalidez, vejez y muerte de la Caja de Seguro Social en Panamá consumirá sus reservas en algún momento del año 2024. Ante esta realidad, el economista Carlos Araúz considera que el nuevo presidente de la república, tendrá que tomar decisiones complejas en sus primeros meses al mando de un país que seguramente enfrentará momentos complejos. La edad de jubilación en Panamá es de 57 años para las mujeres y de 62 años para los hombres. La expectativa de vida anda por casi 75 años, número que ha venido subiendo gradual y paulatinamente por 2 décadas ya.
El analista Araúz hizo referencia a una huelga nacional en Francia, que convocó a más de 1 millón de personas en las calles de dicho país, incluyendo violencia callejera en París y sus alrededores. La principal razón de las protestas ha sido el aumento de la edad de jubilación de 62 a 64 años.
Con eso dicho y hecho, la edad propuesta de 64 años es la más baja de todas las naciones industrializadas. Según Araúz, en una gran mayoría de países, esa edad se ha movido hacia los 65 años y en algunos países conscientes de que estamos viviendo más tiempo, la edad de jubilación va en aumento progresivo dependiendo del año en el que se nació - en Estados Unidos y Gran Bretaña, por ejemplo las edades de jubilación ya rondan los 66 y 67 años-.
Panameños mantienen desconfianza sobre desempleo y ahorro
El gobierno francés defiende a capa y espada el ajuste en la edad como una medida esencial para mantener el sistema solidario a flote. Con los baby boomers (nacidos después de la segunda guerra mundial) entrando al sistema de pensión y con las poblaciones viviendo mucho más tiempo que antes, la probabilidad de bancarrota del sistema es alta si no se dan cambios.
En Francia, la academia anticipa grandes situaciones deficitarias en general y cambios necesarios en legislación fiscal para proveer de fondos al sistema de pensiones. Tomando esto en cuenta, el economista manifestó que es evidente que el programa de invalidez, vejez y muerte tiene sus días contados de no hacer reformas trascendentales.