Los impactos del cambio climático en el océano ya tienen consecuencias probadas para la salud humana, según constata un estudio científico presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza, que revela un aumento en la velocidad de propagación de enfermedades por la subida de temperatura del agua.
Los investigadores observaron que "la huella" del cambio climático está ya impresa en la totalidad de los océanos del planeta, desde las zonas polares hasta las tropicales, causando "significativas alteraciones".
Una de ellas es "un aumento de las enfermedades en las poblaciones de flora y fauna marina", al que -según Dan Laffoley, uno de los autores principales- "no es ajeno el hombre".
Laffoley explicó que "los agentes patógenos se están propagando más fácilmente por el incremento de temperatura del agua, incluyendo las bacterias que causan el cólera".
Al mismo tiempo, se está produciendo un aumento en la floración de algas nocivas para la salud, causantes de enfermedades como la ciguatera, una intoxicación alimentaria causada por la ingesta de pescado que se alimenta de algas y organismos de los arrecifes de zonas tropicales y subgtropicales, que generan un tóxico llamado ciguatoxina.
Los científicos advirtieron de que la mala salud del océano causada por los gases de efecto invernadero que el hombre emite a la atmósfera está dañando notablemente la biodiversidad marina, causando la pérdida de áreas de reproducción de tortugas o aves marinas.
Además, documentaron cómo poblaciones al completo de especies (plancton, medusas, tortugas o aves marinas) se han desplazado hasta 10 grados de latitud hacia los polos en busca de aguas más frías.
"Nos hemos quedado atónitos ante la magnitud de los efectos del cambio climático en los ecosistemas marinos", afirmó Laffoley, quien ejerce también de vicepresidente de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN.
Estas alteraciones amenazan la "despensa" pesquera mundial, especialmente en las zonas tropicales del planeta.
En el este de África y el océano Índico occidental, por ejemplo,el calentamiento oceánico ha reducido la abundancia de algunas especies pesqueras al haber desaparecido parte de los arrecifes de coral de los que dependen para cobijo y alimentación.
Y en el sudeste asiático, los investigadores estimaron que si la emisión de gases de efecto invernadero continúa al nivel actual, las reservas pesqueras podrían disminuir entre un 10% y un 30% en 2050 con respecto al periodo 1970 - 2000.
El calentamiento del océano también influye en el clima: el número de huracanes graves aumenta a un ritmo de entre un 25 y un 30 % por grado de incremento de temperatura global (aunque la media ha sido de un grado en el último siglo, en algunos sitios ha llegado a subir más de tres).
Se ha registrado un incremento de las precipitaciones en las latitudes medias y las zonas monzónicas, al tiempo que ha llovido menos en varias regiones subtropicales.
Estos cambios están teniendo consecuencias en el rendimiento de cosechas en importantes regiones productoras de alimentos, como Norteamérica o la India.
Los investigadores advirtieron, no obstante, de que no todo está perdido: "Hay cantidad de medidas que países, organismos internacionales y comunidades locales pueden desarrollar para hacer más fuertes los océanos frente a esta amenaza", subrayó Inger Andersen, directora de la UICN.
Entre ellas: declarar más áreas marinas protegidas y ampliar las existentes, establecer protección jurídica en alta mar, potenciar el conocimiento científico y, principalmente, reducir "de forma rápida y sustantiva" las emisiones de gases de efecto invernadero.
La conservación de los océanos es uno de los ejes centrales del Congreso de la UICN, en cuya asamblea se votarán dos mociones relativas a la protección de aguas de alta mar y la creación de áreas protegidas en la Antártida, entre otras.