Londres, Reino Unido | AFP | miércoles 06/01/2021
Dos días después de su primera victoria judicial, el australiano, de 49 años, al que Estados Unidos quiere juzgar por espionaje a raíz de la publicación de unos 700.000 documentos militares y diplomáticos secretos, llegó de nuevo al tribunal trasladado desde la prisión de alta seguridad de Belmarsh.
Assange se encuentra recluido allí desde su espectacular detención en abril de 2019 en el interior de la embajada de Ecuador en Londres, donde había vivido refugiado siete años.
La vista se abrió poco después de las 10h00 (locales y GMT) en el tribunal londinense de Magistrados de Westminster.
Como argumento contra su liberación, la fiscalía puso de relieve que Assange dispone de los "recursos" para huir y señaló la oferta de asilo político hecha el mismo lunes por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Ese día, invocando el riesgo de suicidio por parte del fundador de WikiLeaks si se encontrase bajo en el sistema penitenciario estadounidense, la jueza británica Vanessa Baraitser había decidido no extraditarlo a ese país.
Tras la decisión, las autoridades estadounidenses notificaron al tribunal su intención de apelar. Sin embargo, en espera del resultado, la justicia británica debe determinar si deja a Assange en libertad bajo fianza o lo mantiene en detención.
- Nueva familia, nuevos motivos -
Cuando en 2012 se refugió en la embajada ecuatoriana, el australiano lo hizo sin respetar una libertad bajo fianza impuesta por la justicia británica a la espera de examinar una petición de extradición a Suecia, que lo reclamaba por violación, cargos que fueron desestimados desde entonces.
Sin embargo, su abogado Edward Fitzgerald defendió el miércoles que la nueva situación de Assange, quien durante su reclusión en la embajada de Ecuador tuvo a escondidas dos hijos con la abogada sudafricana Stella Morris, lo deja ahora más enraizado a la comunidad.
Tiene todos los motivos para respetar las condiciones de una libertad bajo fianza y permanecer en Inglaterra, aseguró, mientras Assange, vestido con traje oscuro, escuchaba en la sala.
Fitzgerald argumentó también que su cliente corre mayor riesgo de contraer el covid-19 en prisión que en casa con su familia.
Y aseguró que entre los numerosos y influyentes seguidores del fundador de WikiLeaks, considerado por algunos como paladín de la libertad de información, hay quienes están dispuestos a pagar una cuantiosa fianza.
Assange y WikiLeaks se hicieron famosos en 2010 a raíz de la publicación de cientos de miles de documentos confidenciales que pusieron a Estados Unidos en más de un aprieto.
Entre ellos figuraba un video en que se veía cómo helicópteros de combate estadounidenses disparaban contra civiles en Irak en 2007, matando a una docena de personas en Bagdad, incluidos dos periodistas de la agencia de noticias Reuters.
Washington lo acusa de haber puesto en peligro la vida de sus informantes con la publicación de los documentos secretos sobre las acciones militares estadounidenses en Irak y Afganistán, que revelaron actos de tortura, muertes de civiles y otros abusos.
Pero para su comité de apoyo, son "cargos con motivación política".
FUENTE: Agencia AFP