Los ocho candidatos a la presidencia de Panamá en las elecciones generales del próximo domingo están abocados al cierre de sus campañas con discursos cargados de ataques a sus adversarios, promesas de lucha contra la corrupción, más empleo y de críticas al ente electoral y su rol de garante del proceso.
Ocho candidatos se disputan la presidencia, de los cuales cuatro aparecen con alguna opción de triunfo: José Raúl Mulino, por el partido Realizando Metas (RM); Rómulo Roux, por la alianza de Cambio Democrático (CD) y el Partido Panameñista (PPa); Ricardo Lombana, por el partido Movimiento Otro Camino (Moca), y el expresidente Martín Torrijos (2004-2009), por el Partido Popular (PP).
Apatía del electorado e incertidumbre
La campaña culminará el próximo 2 de mayo tras 90 días, desarrollada en un ambiente de apatía de los votantes y también de incertidumbre, por la demanda de inconstitucionalidad en contra de la decisión del Tribunal Electoral (TE) de designar a Mulino candidato presidencial tras la inhabilitación por una sentencia a más de 10 años por blanqueo del aspirante original, el expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014), de quien era la llave a la vicepresidencia.
El pasado 25 de abril el magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Olmedo Arrocha, encargado del caso de Mulino, dio casi por imposible que se tenga una decisión antes del 5 de mayo, aunque todos los aspirantes con opción de triunfo ya han expresado que es muy tarde para inhabilitar a algún candidato.
A esto se suma un informe sobre las vulnerabilidades de los sistemas informáticos del ente de comicios, elaborado por la firma española MNemo tras pruebas realizadas en enero y marzo pasado, que alertó que "el proceso electoral puede ser manipulado", según publicó el domingo el diario La Prensa.
Pero el magistrado del TE Eduardo Valdés negó "absolutamente" este lunes a EFE la posibilidad de un fraude electoral, porque los votos se llevan en actas manuales y así mismo se cuentan en las juntas electorales, que están conformadas por la sociedad civil y no por funcionarios electorales.
Lo que se juega en la elección
Analistas y políticos coinciden en que los comicios del próximo domingo son históricos, tanto por la inédita situación de una de las candidaturas como por las expectativas de combate a la corrupción expresada en casos como Odebrecht - que implica a los expresidentes Juan Carlos Varela (2014-2019), Martinelli y dos de sus hijos, además exministros y empresarios - New Business, por el que fue condenado Martinelli, entre otros.
Es precisamente a las dudas sobre esta lucha contra la corrupción a lo que se atribuye que una buena porción de los electores encuestados, más del 20 %, dice no saber por quién votar.
Reflotar la economía del país que aloja al canal interoceánico es otro asunto retador y que la mayoría de los candidatos vincula al combate de la corrupción y el clientelismo que drena los recursos públicos, a la atracción de inversión extranjera y la generación de empleo mediante el impulso del turismo y la diversificación productiva que llene el hoyo dejado por la inhabilitación de una gran mina de cobre. EFE