Cultivar arbolitos de Navidad ha sido la tradición desde hace 22 años para el señor Norberto Pittí Coba, en sitios por encima de los mil metros sobre el nivel del mar en Volcán de Tierras Altas. Es un proceso productivo que empieza a rendir frutos para el mes de octubre cuando los ciprés ya se pueden comercializar. Don Norberto asegura que siempre han tenido el cuidado de ofrecer árboles de diversos tamaños para que el cliente pueda escoger entre la diferencia de precios. Comparados con los arbolitos extranjeros estos son mucho más económicos y tienen una belleza natural.
Asegura que el beneficio de comprar estos arbolitos, a parte de que no tienen nada que envidiar de los extranjeros, es que el dinero circula internamente en el país beneficiando a muchas personas porque en el proceso productivo laboran una cantidad importante de colaboradores en las diferentes fincas.
El precio de venta de los arbolitos que va desde los 20 hasta los 100 dólares depende de la frondosidad y el tamaño. Los clientes tienen la oportunidad de observarlos en el campo y escoger el de su elección.
Al igual que otros productos, los ciprés requieren de un control de plaga, cumplir con su ciclo entre siembra cosecha entre otras labores agrícolas que se deben realizar para que estén listos a finales de cada año.
"Yo le recomiendo a los clientes que para que le den mantenimiento se puede poner agua con azúcar y hielo. La duración de cada árbol depende del cuido porque hay gente que me han dicho que hasta finales de febrero están verdes todavía", mencionó.
Solo en esta finca se producen unos 3 mil arbolitos chiricanos. Luego de las restricciones por la pandemia se espera que este año las ventas sean exitosas.