Rusia lanzó este jueves 28 de julio varios ataques sobre infraestructura militar y edificios residenciales en Ucrania, cuyas fuerzas tratan de recuperar territorios ocupados por Moscú en una contraofensiva en el sur. Al menos 5 personas murieron y 25 resultaron heridas tras un bombardeo ruso en Kropivnitskyi (centro administrativo ruso), el cual se localiza a unos 300 km al sur de Kiev, en el centro de Ucrania.
Los misiles, uno de los cuales fue derribado por las fuerzas aéreas ucranianas, fueron lanzados desde la península de Crimea, que Rusia se anexó en 2014. Además, Rusia también bombardeó la región de Chernígov, con lanzacohetes múltiples. El ataque se lanzó desde la vecina Bielorrusia, un aliado de Rusia.
En la región ocupada de Jersón, en el sur del país, las tropas ucranianas llevan a cabo una contraofensiva para recuperar el territorio perdido tras cinco meses de un conflicto que ha dejado miles de muertos y millones de desplazados según la ONU.
En el noreste, dos ataques con misiles alcanzaron la segunda ciudad ucraniana, Járkov, en la madrugada.
La ciudad, a pocos kilómetros de la frontera rusa, sufre intensos bombardeos, aunque los rusos nunca lograron ocuparla. Después de fracasar en la toma de la capital a finales de marzo, las fuerzas rusas centraron su ofensiva en el sur y en el este de Ucrania, aunque siguen bombardeando otras partes del territorio.
La región, que Rusia busca conquistar por completo, está controlada en parte por separatistas prorrusos desde 2014.
Tanto en Jersón como en la vecina Zaporiyia, las fuerzas de ocupación dijeron haber arrestado a 21 cómplices del ejército ucraniano. Según una fuente militar, los servicios de seguridad rusos habrían desmantelado también un grupo de agentes ucranianos en Jersón, que proporcionaban información al ejército ucraniano sobre los movimientos de las tropas rusas.
Desde el inicio de la invasión, ambos países han llevado a cabo varios intercambios de prisioneros. Pero también se produjeron canjes de detenidos entre Rusia y Estados Unidos, un tema que surge de manera regular desde que el presidente estadounidense Joe Biden y Vladimir Putin se reunieran en junio de 2021 en Ginebra.
Moscú confirmó este jueves que mantiene conversaciones con Washington para intercambiar detenidos, aunque aún no hay acuerdo.