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Conexión financiera: un diálogo salvador

Arrancó el gran diálogo por la Caja de Seguro Social, la más noble de las instituciones panameñas.

Panamá 21 de enero del 2021.


Arrancó el gran diálogo por la Caja de Seguro Social, la más noble de las instituciones panameñas. Tuve la oportunidad de participar en las mesas, los diálogos, los acercamientos y las negociaciones en el año 2005 cuando eventualmente se pudo llegar a la ley 51 que hoy regenta el destino de la Caja. Fueron momentos muy difíciles: hubo huelgas, protestas en las calles y paros en contra de los movimientos iniciales que apuntaban hacia transformaciones profundas. El entonces Presidente de la República, Martín Torrijos Espino, propuso con su equipo una serie de ajustes que ganaría un tiempo, una curita de índole temporal para ver qué seguía. Y asi nació el sistema mixto de aportes a la jubilación entre otras modificaciones.
Para absolutamente nadie debe ser sorpresa la situación que hoy vivimos porque así se ha sabido por años. Así como hay que reconocer que el presidente Torrijos fue valiente al enfrentar el costo político de las reformas necesarias, pues con dolor las siguientes administraciones optaron por no hacer absolutamente nada al respecto desplegando las más absurda desidia.
El rol de la junta directiva en la Caja de Seguro Social jamás ha sido plenamente entendido. Sin reportes auditados, sin exigencias que reflejan fortaleza en el manejo de gobernanza corporativa, algunas de las actitudes desplegadas por estos directores es negligencia plena. En los últimos 15 años desde la aprobación de la ley 51, poco se ha hecho para contrarrestar las tendencias nefastas en el uso de reservas. Peor aún, la Caja de Seguro Social se sigue tratando como un botín de índole política y por ende para muchos intocable.
Pero al tiempo no le gana nadie y sigue su paso inexorable. Y así nos encontramos en tiempo de nuevas revisiones actuariales que seguramente terminarán por generar cambios en las edades de jubilación o en el monto base de jubilación, como ha ocurrido en muchas partes del mundo. El problema es que ahora estamos en medio de una pandemia que empuja al país al nivel más alto de desempleo en reciente memoria y por ende las cuotas obrero patronales se verán severamente afectadas así como la capacidad de generar retornos sanos y seguros de las inversiones de la caja.
La parte administrativa, el rubro financiero y el destino del programa de invalidez, vejez y muerte serán los temas álgidos a tratar. Un diálogo persigue precisamente un acercamiento sensato que lleve a soluciones reales. Estos intercambios descansan en credibilidad y confianza entres sus actores. Los panameños nos hemos distinguido por esfuerzos únicos que han requerido deponer intereses y agendas como la ley del Canal y los esfuerzos de la mesa de concertación nacional. En medio de una pandemia, de la cual saldremos adelante sin duda, nos enfrentamos a un momento coyuntural histórico que va más allá de una vacuna, de usar una mascarilla o del distanciamiento social. Es la pensión del abuelo en entredicho, la salud de la embarazada, el seguimiento de exámenes del enfermo. Esta apuesta técnica a conversar tiene que funcionar porque de no resultar exitoso nos enfrentamos a un contagio que podría afectar al sector financiero, el laboral, la inversión privada y hasta lo atractivo del país para inversionistas más allá de cualquier virus. Exijamos entonces a los participantes del diálogo sensatez y responsabilidad para ir más allá de apuntar a culpables del deterioro de nuestra caja ...con todo lo que eso pueda significar.

FUENTE: Redacción Eco