Los candidatos independientes pasaron de ser una minoría a convertirse, a partir del lunes, en la primera fuerza política en la Asamblea de Panamá, desplazando a los partidos más fuertes y lograr, bajo la promesa de una política honesta, muchos de los escaños y cargos locales en las complicadas elecciones del pasado 5 de mayo.
Los candidatos se agruparon en la coalición independiente 'Vamos', liderada por Juan Diego Vásquez, el carismático diputado que dejará el cargo el domingo, tras cumplir su promesa de campaña de no presentarse a la reelección y de convertirse en una de las caras visibles de la lucha anticorrupción y de la que, asegura, es la "nueva política".
Inclusive, contó con el apoyo del afamado cantautor y activista panameño Rubén Blades, un férreo crítico de la política de su país.
Varios son menores de 30 años que participaron en las protestas contra la minería del pasado noviembre - las más intensas en décadas- que contribuyeron a que el Supremo panameño declarara inconstitucional un polémico contrato con una multinacional minera. A su vez, se convirtieron en voces contra la "mala gestión" del Estado, como lo clamaban entonces.
'Vamos', la joven coalición que se convirtió en la sorpresiva oposición
La coalición obtuvo 20 de los 71 escaños de la Asamblea Nacional (Parlamento) para el quinquenio 2024-2029, una cifra inédita después de que en el actual periodo solo fueran cinco y en el anterior uno. Así, han conformado la "Bancada Independiente Vamos", la primera minoría parlamentaria.
Richards, periodista de profesión, se lanzó en solitario para representar en el Parlamento al circuito (conglomerado de distritos) donde se crió. Hizo una campaña basada en "reportajes" que denunciaban el abandono de las infraestructuras públicas.
Además de las curules, esa coalición también logró significativos triunfos en las alcaldías y cargos a representantes de todo el país, desbancando a políticos con años en el poder.
El resultado de Vamos en los comicios se tradujo en que fue reconocida como una fuerza opositora por el presidente electo, José Raúl Mulino, algo que Vásquez, al menos de momento, no comparte, pues "no se puede ser oposición a un Gobierno que no ha comenzado".
Desgaste de los partidos tradicionales y adiós al "individualismo"
A juicio de Vásquez, el triunfo de Vamos se basa en un conjunto de factores: un "gran reconocimiento por parte de la ciudadanía del trabajo" de la anterior bancada independiente y "los excelentes liderazgos de los que salieron electos".
"Lo tercero es que hay un desgaste en los partidos políticos", enfatizó Vásquez, que también resaltó el éxito de apelar al voto en lista como estrategia política: "Decidimos apostar por esa estrategia que los partidos utilizaban y que dejaron por conveniencia, por individualismo, y nosotros aprovechamos".
"Hay que limpiar la Asamblea"
La coalición Vamos arrojó 20 caras nuevas al Parlamento quienes buscan desde ahora renunciar a los privilegios de los diputados como la exoneración de ciertos impuestos y al manejo "opaco" de las polémicas planillas de empleados, foco de las malas praxis según activistas.
Prometen además solucionar problemas que el país arrastra como la mala gestión de los residuos o la distribución del agua corriente.
Eduardo Gaitán, el diputado electo más votado, hizo campaña limpiando áreas públicas con su propia empresa de aseo, una idea que le llevó a obtener 68.000 votos y un amplio apoyo popular.
"Vamos a impulsar proyectos que vayan en beneficio al tema del agua, la basura y, muy importante, también a la anticorrupción para poder limpiar la Asamblea de malas prácticas y costumbres antiguas. Esa es nuestra principal misión por estos próximos cinco años", dijo.