Panamá se unió a la coalición de alta ambición (High Ambition Coalition), copresidida por Noruega y Ruanda, que reúne a países con ideas afines, que abogan por objetivos ambiciosos para el nuevo instrumento legalmente vinculante para abordar la creciente cantidad de desechos plásticos que asfixian a nuestro planeta.
Según Lañas, Panamá al formar parte de Coalición de alta ambición, confirma su compromiso de apuntar alto en las negociaciones intergubernamentales para un acuerdo global para poner fin a la contaminación por plásticos para 2040.
Hasta la fecha, los siguientes países se han comprometido a unirse a la coalición, además de la Unión Europea: Ruanda, Noruega, Canadá, Perú, Alemania, Senegal, Georgia, República de Corea, Reino Unido, Suiza, Portugal, Chile, Dinamarca, Finlandia, Suecia, Costa Rica, Islandia, Ecuador, Francia, República Dominicana, Uruguay, Ghana, Mónaco, Eslovenia, Emiratos Árabes Unidos, República de Irlanda, Seychelles, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Cabo Verde, Burkina Faso, Australia, Azerbaiyán, Colombia y Panamá.
Lañas también indicó que Panamá presentó ante el Comité Intergubernamental de Negociación una declaración de sobre la Hoja de Ruta para la Gestión del Plástico en Panamá en la que se plasman las acciones que lleva adelante el país para aminorar los posibles impactos negativos y de contaminación que pueden generarse por el uso desmesurado y la disposición final insostenible de los artículos plásticos.
Durante esta primera reunión de negociación, Lañas informó que Panamá además compartió algunas consideraciones, entre ellas están:
• Asegurar un proceso de negociación participativo, donde todos los representantes sean escuchados y considerados, a la vez que sea un proceso inclusivo con todos los actores claves posibles, especialmente con la participación de la sociedad civil, la investigación científica y la academia.
• Trabajar desde el enfoque completo del ciclo de vida del plástico, para implementar acciones desde la extracción de materia prima hasta la disposición post-consumo, de esta manera incluir a todos los actores pertinentes en la cadena de producción y consumo, principalmente el sector privado.
• Desarrollar estándares y criterios globales de producción y comercialización de plásticos, con bases en estudios científicos para eliminar aditivos y químicos tóxicos que generen impactos negativos al ambiental y a la salud humana.
• Aminorar la contaminación de plásticos, para una reducción significativa o simplemente el cese del uso de ciertos plásticos, con un enfoque prioritario hacia la eliminación y reemplazo de los plásticos de un solo uso, al igual que el sector de empaques y envases.
• La protección de la salud humana debe incluirse entre los objetivos del convenio, especialmente considerando a los trabajadores que están expuestos en actividades relacionadas a todo el ciclo de vida del plástico.
• Desarrollar metas globales alcanzables, con miras a reforzar los marcos legales nacionales para facilitar, regular e implementar una gestión integral del plástico, incluyendo acciones para reducir la generación de basura marina y micro plásticos.
• Trabajar de manera mancomunada con otros acuerdos y convenios internacionales, que cuenten con marcos en la protección de la salud humana, el ambiente y alcances en la temática de la gestión de plásticos.
• Promover el acceso a un financiamiento multilateral para países en desarrollo, donde es necesario el mejoramiento de la infraestructura, la capacidad tecnológica y la conciencia ciudadana.
Panamá cuenta con aproximadamente con siete (7) Políticas y planes encaminados al tratamiento de los plásticos y su impacto en el ambiente entre ellos: el Plan de Acción Nacional de Basura Marina publicado este año, cuatro (4) acuerdos municipales de reducción del uso de plásticos y gestión de residuos y cerca de diez (10) legislaciones, de las cuales se pueden resaltar legislaciones como la Ley 1 de 19 de enero de 2018, que adopta medidas para promover el uso de las bolsas reutilizables en establecimiento comerciales.
Igualmente, el país cuenta con la Ley 187 de 2 de diciembre 2020 que regula la reducción y el reemplazo de los plásticos de un solo uso”, con las cuales el país inicia la implementación de medidas ambiciosas de reducción de plásticos mediante el incentivo de la comercialización de alternativas sostenibles a los plásticos de un solo uso y el control de la demanda y comercialización de productos plásticos, trabajando en la transición del modelo de comercio nacional.