Cerca de medio millar de migrantes venezolanos abarrotaron un albergue improvisado en la capital de Panamá tras quedar varados por la nueva orden de Estados Unidos de expulsar a las personas de Venezuela que lleguen ilegalmente a su frontera, observó este domingo la AFP.
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Gálvez quiere volver a su país "para empezar de nuevo" y pidió apoyo a la comunidad internacional para costear los boletos.
Los migrantes descansan dentro del inmueble sobre colchones, otros prefieren deambular afuera del mismo. También llegan otros venezolanos radicados en Panamá para brindarles alimentos.
Judy Meana, vicealcaldesa de la capital, declaró a la AFP que es la primera ocasión que la crisis migratoria se atiende en la ciudad porque "solo se había vivido en las fronteras", y señaló que coordinan la recepción de ayuda humanitaria debido a que "hay niños que necesitan atención pediátrica", entre otras urgencias.
El viernes, la canciller panameña, Janaina Tewaney Mencomo, dijo que "pareciera que el flujo" de migrantes por el Darién "va a la baja" luego de la medida implementada el pasado 13 de octubre por Estados Unidos para frenar la migración ilegal de venezolanos.
Washington cerró la puerta a los migrantes de Venezuela que hayan atravesado ilegalmente Panamá y México, y solo aceptará a 24.000 con permiso previo que lleguen por avión y que tengan un patrocinador en suelo estadounidense.
De acuerdo con datos del gobierno panameño, entre enero y la semana pasada habían llegado a su territorio en tránsito desde la selva 184.433 migrantes irregulares, de ellos 133.597 eran venezolanos.