La Directora General de la Lotería Nacional de Beneficencia, Saquina Jaramillo, dejó al descubierto un panorama complejo y desafiante dentro de la institución, revelando significativas irregularidades en la asignación de las libretas de lotería y un impactante golpe económico de 200 millones de dólares anuales debido a la clandestinidad.
Dentro de análisis posteriores, se reveló un "mal manejo" y "otorgamiento" indebido de estas libretas, que por su concepción tienen un "trasfondo social y de beneficencia" para apoyar a familias de escasos recursos o con miembros con discapacidad, sirviendo como "medio de sostenibilidad económica" aunque, la realidad encontrada distaba mucho de este ideal.
Se hallaron libretas con costos de nueve mil dólares, lejos de ser un instrumento de beneficencia, manifestó la directora. En la provincia de Veraguas, se detectó que "ciertas familias, el hijo, el perro, el gato, el ratón, todo el mundo tenía una libreta de lotería", pero estas no eran de beneficencia de 300 a 500 dólares destinadas a personas vulnerables.
Indicó que, la mayoría de las libretas detectadas con irregularidades fueron suspendidas por carecer de una solicitud formal firmada por el director general, por falta de un estudio de trabajo social, o por no contar con un depósito de garantía.
En este último punto, la directora enfatizó que el director general es el responsable de expedir la libreta y de asegurar que la solicitud cumpla con las formalidades.
El auge de los "prestanombres" y la nueva era de transparencia
Jaramillo aclaró que las auditorías no arrojaron evidencia de vinculación de diputados de administraciones anteriores con la supuesta repartición de billetes y libretas en centros políticos.
No obstante, sí se descubrió la figura de los "prestanombres": personas de comunidades originarias que, sin saberlo, aparecían como tenedores de libretas, sugiriendo el uso fraudulento de sus nombres y cédulas.
Para erradicar estas prácticas, la actual administración de Jaramillo implementó un sistema riguroso: "no estamos dando libretas sino con estudio social y determinar que en efecto la persona tenga una necesidad socioeconómica", buscando asegurar que la acumulación y el uso indebido de libretas no se repita en su gestión.
Lucha contra la clandestinidad y planes de rentabilidad
La directora comentó que el desafío económico más grande para la Lotería Nacional no radica en las irregularidades internas, sino en la "clandestinidad", que le genera una pérdida anual de 200 millones de dólares, dinero que el Estado deja de recibir para beneficencia y aportes.
A pesar de este golpe, Jaramillo declaró que la Lotería Nacional de Beneficencia sigue siendo "una institución rentable con autogestión", generando "más de 200 millones de dólares en ganancias al año", de los cuales se derivan aportes, beneficencia y se sufragan los gastos operativos.
Con el objetivo de hacer más atractiva la compra de lotería, la dirección consideró que los premios actuales de dos mil dólares no son suficiente incentivo y por ello, se inició un acercamiento con la Universidad Tecnológica para desarrollar estudios de mercado que permitan "aumentar y mejorar los premios".
Además, estos estudios buscarán el "aumento del porcentaje de pago de ventas a los señores billeteros", una medida de justicia para quienes llevan "más de 25 años de culpa sin poder ver un incremento en sus ganancias".
Lotería electrónica
La directora rectificó que la lotería electrónica representa una "competencia" considerable, siendo "mucho más atractiva que la lotería normal" al permitir ganancias de "500 mil para arriba" con solo un dólar.
Aportes al Estado
Jaramillo señaló que la lotería electrónica no está aportando al Estado lo necesario y la génesis de esta modalidad fue una "adenda a un contrato" de raspadito, no un contrato nuevo, lo que generó una demanda por el cambio del objeto contractual.
La directora aclaró que esta irregularidad y la demanda corresponden a la "administración anterior", y que a su llegada el contrato ya estaba "totalmente refrendado y demandado", por lo que su gestión debe "esperar el fallo y respetar el fallo que resulte".
En definitiva, y con estas acciones de saneamiento y modernización, la directora Saquina Jaramillo busca fortalecer la Lotería Nacional, garantizando su misión de beneficencia y sostenibilidad económica a futuro.