La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) i nauguró este miércoles en su sede central en Ginebra una exposición sobre el drama de los cientos de migrantes que cada día intentan cruzar el Tapón del Darién, que separa a Panamá de Colombia y se ha convertido en una de las travesías migratorias más peligrosas del mundo.
Como describen las fotografías, los migrantes tienen que atravesar en el Parque Nacional de Darién, el único paso posible por tierra entre América Central y del Sur, donde la Carretera Panamericana se corta, 97 kilómetros de densos pantanos, bosques tropicales, ríos caudalosos y montañas.
Cruzar la selva cubiertos de lodo
Un viaje que puede durar días pero también semanas si las condiciones meteorológicas no son las mejores, y sin posibilidad de aprovisionarse de alimentos o agua en el camino: las imágenes muestran a migrantes cubiertos completamente de lodo, sedientos, heridos, pero también sonrientes tras cruzar el Darién.
FICR no maneja cifras de muertos y desaparecidos en un lugar que por su carácter inhóspito no permite a cuerpos de protección civil recuperar a quienes no logran superar esa dura travesía.
Sin embargo, la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas (OIM) confirmó al menos 48 víctimas en 2023, lo que la convirtió en la tercera ruta más mortal de las Américas sólo por detrás de la que atraviesa la frontera entre México y Estados Unidos (que a menudo es una etapa más de los que pasaron por el Darién) y la marítima a través del Caribe.
Solís explicó que Cruz Roja ha construido en la localidad de Real de Santa María, en el extremo norte del Darién, nichos para guardar los restos de fallecidos que sí han podido ser recuperados pero que nunca pudieron ser identificados.
No sólo lo intentan latinoamericanos
La travesía por la selva, que suele comenzar en localidades colombianas como Necoclí, Capurganá a Acandí, es iniciada por muchos migrantes venezolanos, brasileños, ecuatorianos y de otros países de la región, pero también por personas de procedencias mucho más lejanas como Asia o África (una de las fotografías muestra el pasaporte indio de uno de ellos).
En 2023 atravesaron el Darién unos 500.000 migrantes, cinco veces más que todos los que hicieron esa ruta en toda la década pasada, y Cruz Roja atendió en sus estaciones de recepción migratoria a más de 20.000 con diversos problemas derivados del complicado viaje.
La exposición también recuerda que en la zona del Darién viven comunidades de unos 66.000 indígenas como los emberá o los wounaan, para quienes la conversión de la zona en una ruta de fuerte afluencia de migrantes (alrededor de un millar cada día inician esa travesía) también conlleva desafíos.