Venezuela pidió este lunes a Trinidad y Tobago una investigación "exhaustiva" para "esclarecer los hechos" en los que murió un bebé, luego de que la Guardia Costera de ese país abriese fuego contra una embarcación con unos 40 migrantes venezolano.
A la petición de investigación también se ha sumado la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH).
"Los Estados deben tomar medidas para garantizar que se respete siempre el derecho a la vida de las personas refugiadas y migrantes. Hacemos un llamado a las autoridades para que investiguen este incidente", indicó Alberto Brunori, representante de la oficina para Centroamérica y el Caribe, en un comunicado.
Varias agencias de la ONU se han mostrado "profundamente consternadas" por la muerte del bebé y se han ofrecido a prestar "asistencia técnica" a Trinidad y Tobago a fin de garantizar el "acceso a la protección" de las personas refugiadas.
El bebé venezolano, identificado como Yaelvis Santoyo Sarabia, murió en brazos de su madre, Darielvis Sarabia, durante maniobras de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago para interceptar la embarcación en la que viajaban. Sarabia también sufrió heridas de bala y fue trasladada al Sangre Grande Hospital de la isla.
Según las autoridades trinitenses, la embarcación procedente de Venezuela se negó a detenerse ante una voz de alto por lo que agentes de la Guardia Costera hicieron disparos en "defensa propia", pues alegan que temieron por las vidas de la tripulación ante una posible "embestida".
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, conversó con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, para trasmitir el "pésame" a la familia del bebé venezolano "y a la comunidad venezolana en general", de acuerdo con un comunicado publicado el domingo por su oficina.
Rowley llamó a los venezolanos a "no arriesgar sus vidas" y "las de los demás en los ilícitos y peligrosos cruces" hacia Trinidad y Tobago.
La lancha salió la noche del sábado desde Delta Amacuro (este), un empobrecido estado de mayoritaria población indígena, donde se calcula que zarpan entre seis y diez embarcaciones diarias con emigrantes, contó a la AFP el activista de derechos humanos Orlando Moreno.