Suecia fue el primer país en reconocer la identidad trans, pero en los últimos meses ha restringido el acceso de los menores a tratamientos hormonales para reasignar el género, en sintonía con un debate en varios países occidentales.
En febrero de 2022, Suecia decidió suspender los tratamientos para menores, con algunas excepciones, y en diciembre la autoridad sanitaria del país, la Socialstyrelsen, restringió drásticamente la práctica de masectomías en las adolescentes.
En sintonía con una tendencia en varios países occidentales, Suecia ha registrado una fuerte alza de casos de disforia de género, es decir cuando una persona no se identifica con el sexo físico o asignado al nacer.
Según la autoridad sanitaria, cerca de 8.900 personas fueron diagnosticadas con disforia de género entre 1998 y 2021.
Solamente en 2021, el país registró 820 nuevos casos.
Esta tendencia es particularmente marcada en el segmento de entre 13 y 17 años, en personas asignadas como mujeres al nacer. Esto representa un alza de 1.500% con respecto a 2008.
Este médico, que ejerce como jefe de servicio en el hospital de Sahlgrenska en Gotemburgo, contribuyó al estudio que utilizó la autoridad sanitaria para emitir su recomendación.
Para Landen las razones detrás del alza son un "misterio".
- Un debate abierto -
El perfil de las personas diagnosticadas suele ser complejo y combina otros desórdenes como déficit de atención, problemas alimentarios o autismo.
La decisión de Suecia es notable, ya que el país fue el primero en el mundo en autorizar el cambio jurídico de género en 1972, lo que abrió la vía para que la seguridad social asumiera el costo de la reasignación de género.
Esta decisión inquieta a las asociaciones.
Para Elias Fjellander, presidente de la división de la juventud de RFSL, la principal oenegé que se ocupa de los temas LGBT+, Suecia podría causar más dolor con esta decisión.
Para Antonia Lindholm, une joven sueca de 20 años que fue asignada como varón al nacer y que realizó su transición durante la adolescencia "las hormonas salvan a mucha gente".
- Arrepentimiento -
Pero hay personas que habiendo completado una transición hormonal apoyan la nueva política sueca.
Mikael Kruse, de 36 años, cambió de género siendo joven y luego decidió hacer una "destransición".
Durante siete años este sueco vivió como mujer, sin que esto interrumpiera su sufrimiento. Entonces, un segundo diagnóstico reveló que sufría un trastorno del espectro autista, sumado a un déficit de atención.
El sufrimiento que él percibía que venía de su género radicaba en otro lado, por lo que decidió volver a vivir como un hombre.
Para Carolina Jemsby, coautora del documental The Trans Train (2019) que puso sobre la mesa el tratamiento de niños y de adolescentes, el debate actual "es más complejo de lo que el sistema de salud y la sociedad esperaban".
"Uno de los aspectos de este dilema es que se convirtió en un tema político", explicó a la AFP. "Esto no ayuda a este grupo que necesita cuidados médicos probados científicamente para ayudarlos y darles una mejor vida".