Rusia lanzó este viernes el tercer censo desde la caída de la Unión Soviética para conocer su situación demográfica, que atraviesa una crisis agravada por la pandemia de covid. El presidente ruso Vladimir Putin colocó a la cuestión demográfica entre sus prioridades desde su llegada al poder, y si bien logró un cierto éxito al mejorar la natalidad y la esperanza de vida, el país nunca salió de una crisis que lleva ya décadas.
Está claro ya que la población de Rusia continúa reduciéndose, un proceso que se aceleró con el covid-19, responsable por sí solo de más de 400.000 muertos desde inicios de 2020 según el recuento de la agencia de estadísticas Rosstat.
Este viernes se batieron récords de contagios y muertes diarios en Rusia, con 32.196 nuevos casos de covid y 999 muertos.
La realidad demográfica de Rusia es aún más sombría. Rusia perdió 510.000 habitantes en 2020, y 595.000 entre enero y agosto de 2021.
Los datos de Rosstat muestran una mortalidad en fuerte alza a raíz de la pandemia, mientras que la natalidad se encuentra estancada.
Tras un breve periodo de recuperación, la población rusa cae nuevamente desde 2018, y la generación nacida en los primeros años post-soviéticos, marcados por una baja de la natalidad, llega a la edad de reproducirse.
Justo antes de la pandemia Putin había anunciado un nuevo plan para aumentar la tasa de natalidad de 1,4 a 1,7 niños por mujer hacia 2024.
El plan multiplicaba las ventajas financieras para las familias con varios hijos y otorgaba la gratuidad en las cantinas escolares, entre otros puntos.