La reina Isabel II, que ha reconocido recientemente tener dificultades para desplazarse, decidió no asistir la próxima semana al tradicional servicio religioso del Jueves Santo, informó este viernes el Palacio de Buckingham.
La reina Isabel suele asistir a esta ceremonia todos los años. Según una tradición que se remonta al siglo XII, distribuye entre los fieles monedas acuñadas para la ocasión. Este año, será el príncipe de Gales el encargado de hacerlo durante una misa en el castillo de Windsor, unos 40 km al oeste de Londres.
Isabel II redujo considerablemente su agenda desde que en octubre pasó una noche hospitalizada para someterse a unas "pruebas" médicas cuya naturaleza nunca se reveló.
Al inicio de la pandemia se retiró del londinense Palacio de Buckingham a Windsor y recientemente ha admitido tener dificultades para desplazarse.
Tras cancelar varios compromisos, la semana pasada asistió a un servicio religioso en homenaje a su difunto marido, el príncipe Felipe, en la Abadía de Westminster de Londres.
La misa del Jueves Santo conmemora la última cena de Jesús con los doce apóstoles y forma parte de los preparativos para el Domingo de Pascua, que marca la resurrección de Jesús, en la tradición cristiana.