El impopular presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, proclamó su "total, evidente e incuestionable" inocencia ante el opositor Congreso, en el que la mayoría opositora de izquierda pretende destituirlo por presunta corrupción en un juicio político que se inició el martes. Tras doce horas, la sesión fue suspendida por el presidente del Legislativo, Virgilio Saquicela, hasta este miércoles, cuando se reanudará hacia las 09H30 locales (14H30 GMT).
Prófugo de la justicia ecuatoriana que lo condenó a ocho años de cárcel y asilado en Bélgica, Correa no tardó en pronunciarse desde su cuenta de Twitter (@MashiRafael): "Un presidente inepto, codicioso, innoble y deshonesto (...) Eres un verdadero fraude democrático y moral".
Con la asistencia de 109 de sus 137 miembros, la unicameral Asamblea Nacional instaló el juicio político contra el mandatario, en el que los congresistas presentaron argumentos en su contra.
Tras defenderse y sin esperar el turno para la contrarréplica, el jefe de Estado se retiró del Parlamento, que abrió el debate entre sus miembros.
La votación aún no tiene fecha prevista pero podría tardar en convocarse. El Congreso requiere 92 sufragios para cesar a Lasso.
- "Castillo de naipes"
En el poder desde mayo de 2021, el gobernante es acusado de un supuesto peculado en el manejo de la naviera estatal Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec).
Según el correísmo, con 49 escaños, el presidente decidió continuar con un contrato que fue firmado antes de que asumiera, pese a que había informes de que era lesivo para el Estado.
El contrato para el transporte de crudo con el grupo internacional Amazonas Tanker dejó pérdidas por más de 6 millones de dólares. El mandatario, que no ha sido procesado por el presunto peculado en la justicia, aseguró que en 2022 pidió a la Fiscalía que investigue el caso.
Durante varias horas, centenas de personas se concentraron de manera pacífica en los alrededores del Parlamento, acordonado por policías.
Los seguidores del gobernante ondearon banderas de Ecuador, lanzaron gritos contra los asambleístas y portaron carteles con consignas como "¡Viva la democracia!" y "Defendemos la democracia y la paz".
Un pequeño grupo de opositores también protestó con pancartas como "El pueblo no aguanta más, fuera Lasso".
El proceso despierta los fantasmas de la inestabilidad política que vivió Ecuador entre 1997 y 2005, cuando tres gobernantes que surgieron de las urnas fueron derrocados.
Esta es la segunda vez que el exbanquero queda entre la espada y la pared. En junio pasado el Parlamento intentó mediante votación directa destituirlo en medio de violentas protestas indígenas contra el alto costo de vida.
Al Congreso, en esa ocasión, le faltaron 12 votos para concretar la remoción por una grave crisis política y conmoción interna.
- Indígenas contra Lasso -
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) expresó en un comunicado que el país vive el "peor desastre social y político que haya conocido".
La poderosa organización, cuyo movimiento de izquierda Pachakutik forma la segunda fuerza legislativa con 24 curules, llamó a los asambleístas a "dar una salida democrática, legal, constitucional y destituir a Guillermo Lasso".
El politólogo Santiago Cahuasqui, de la universidad SEK, manifestó a la AFP que si el veredicto del Congreso "no se llega a encausar en la manera que los actores quisieran, también se puede avizorar una movilización social" que reeditará el peor período de inestabilidad democrática que llevó a Ecuador a tener siete mandatarios entre 1996 y 2007, hasta la asunción de Correa.
Sangrientas manifestaciones contra el gobierno y fracasos en las urnas han debilitado la imagen de Lasso, cuya popularidad ronda un 15%.
Bajo la manga, al mandatario le queda el mecanismo de la denominada "muerte cruzada", que implica disolver el Congreso para dar paso a elecciones generales anticipadas.
La disolución fue implantada por el gobierno de Correa y sería la primera vez que se aplica.
De ser censurado, Lasso se convertiría en el segundo mandatario ecuatoriano en ser destituido en juicio político luego de que en 1933 fuera cesado Juan de Dios Martínez (1932-1933).
Sería subrogado por su vicepresidente Alfredo Borrero para completar el período de cuatro años.