Palestinos continuaban el lunes buscando sobrevivientes entre los escombros tras el bombardeo israelí del domingo contra ese campo de refugiados palestino en el centro de la Franja de Gaza.
El ejército israelí dijo que "examina" la información que recibió sobre este "incidente" y repitió que toma "las posibles medidas para minimizar los daños a los civiles".
El ejército israelí bombardea la Franja de Gaza desde el ataque de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre, que dejó a unas 1.140 personas muertas, principalmente civiles, según las autoridades israelíes. represalias en las que murieron más de 20.600 personas, según el gobierno de Hamás.
En el campo de refugiados bombardeado sobre los restos de casas derribada, se pueden ver depósitos de agua destruídos, cables eléctricos enredados y árboles arrancados, según imágenes de AFPTV.
Un grupo de hombres busca por todas partes supervivientes bajo los escombros. Otros intentan consolar a un hombre que llora.
Ziad Awad escapó del ataque, cuyos daños comparó con "un terremoto". "Sobreviví a la masacre. Estaba dentro y seguro con mis hijos", dijo a AFP.
Como muchos, fue "sorprendido por el bombardeo de casas" y afirma que no recibió "ninguna advertencia".
"Ningún lugar es seguro"
Casa por casa, los habitantes del campo inspeccionan los daños causados por el bombardeo nocturno. La pequeña tienda llamada "Comestibles de los mártires" amenaza con derrumbarse tras haber sido arruinada por el impacto.
Muchos palestinos desplazados que huyeron de los combates en el norte entre el ejército israelí y los combatientes de Hamás se refugiaron en localidades situadas más al sur, como Maghazi.
Es el caso de Rawan Manasra, originaria de Beit Hanoun, cuya vida se derrumbó por la guerra.
"Ellos (el ejército israelí) mataron a mis cinco hermanos. Ya no tengo hermanos. Los mataron a ellos, a sus hijos y a sus esposas", lamenta.
Decenas de cuerpos recuperados del campo de refugiados de al-Maghazi fueron trasladados al superpoblado hospital de Deir el-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, y se colocaron en el suelo del patio del establecimiento.
El servicio de emergencias está repleto de heridos solitarios, sin familiares ni médicos que los atiendan.
El portavoz del ministerio de Salud de Hamás, Ashraf al-Qudra, denunció "una masacre" el día después del ataque israelí.
Los civiles "son amputados por falta de médicos, quirófanos, medicamentos, materiales", se indigna el portavoz.