El presidente de Argentina, Javier Milei, confirmó este martes que en 2025 seguirá con su plan de "motosierra", una metáfora para su política de recorte del gasto público y reducción del Estado, de donde fueron despedidos ya más de 33.000 empleados.
Luego de su asunción en diciembre de 2023, el presidente ultraliberal recortó fuertemente la obra pública, redujo y eliminó organismos estatales, suspendió financiamiento a las provincias, desreguló precios, eliminó subsidios y despidió a 33.291 empleados, según confirmó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
De esta forma, el país sudamericano consiguió en el primer semestre de este año su primer superávit fiscal desde 2008 y logró controlar una inflación que solo en el mes de diciembre de 2023 llegó al 25%. Desde entonces, el ritmo del aumento de los precios se ha reducido, hasta el 2,7% registrado en octubre, pero manteniendo uno de los niveles interanuales más altos del mundo, 193%.
La contracara es una fuerte recesión, con tres trimestres consecutivos de caída del Producto Interno Bruto (PBI), contracción que llegará a 3,5% en 2024, según proyecciones difundidas por el Banco Mundial en octubre.
Presupuesto 2025
En este marco, el gobierno negocia en el Congreso la aprobación del presupuesto para 2025, que asigna recursos a la administración de un Estado donde el 52,9% de la población era pobre en el primer semestre de 2024, 11,2 puntos porcentuales más que en el segundo semestre de 2023.
Pero aún no hay consenso entre las distintas fuerzas políticas para aprobar las cuentas en la Cámara de Diputados a cuatro días de que el Congreso concluya su período de sesiones ordinarias.
Si el presupuesto no se sanciona, podría prorrogarse nuevamente el de 2023 -prorrogado tras una fallida votación del presupuesto 2024 el año pasado-, lo que permitiría al gobierno gastar discrecionalmente el excedente entre lo presupuestado y lo recaudado durante el ejercicio de 2025.