Tras la dramática dimisión de Boris Johnson, la carrera comenzó este viernes en el Reino Unido para reemplazarlo como líder del Partido Conservador y por consiguiente como primer ministro, puesto en el que se mostró determinado a seguir hasta que designen a su sucesor. El calendario de estas largas y complejas elecciones internas, que suelen durar varios meses, no se anunciará hasta la próxima semana.
Un sondeo del gabinete YouGov realizado entre votantes conservadores señaló al ministro de Defensa, Ben Wallace, y a la secretaria de Estado de comercio internacional, Penny Mordaunt, entre los favoritos.
Sin embargo, ninguno de ellos oficializó de momento su participación en la carrera por convertirse en el próximo inquilino de Downing Street.
Fue precisamente frente a la célebre puerta negra de la residencia oficial del jefe de gobierno donde Johnson anunció el jueves que, ante la insoportable presión interna, renunciaba al liderazgo de la formación gubernamental.
"Es claramente la voluntad del grupo parlamentario conservador que haya un nuevo líder del partido y, por tanto, un nuevo primer ministro", reconoció, sin pronunciar en ningún momento la palabra dimisión.
Afirmó también que permanecerá como primer ministro hasta que su formación celebre elecciones internas en el verano boreal para designar a un nuevo dirigente antes de su congreso anual en octubre. Quien resulte elegido se convertirá automáticamente en primer ministro hasta las próximas legislativas, previstas en 2024.
- Llamado a irse ya -
Una de las figuras del Partido Conservador, el ex primer ministro John Major, elevó inmediatamente la voz contra una situación "insostenible".
"Por el bien del país, Johnson no debe permanecer en Downing Street (...) más tiempo del necesario", afirmó, sugiriendo que el vice primer ministro Dominic Raab actúe como jefe de gobierno interino.
Según un sondeo de YouGov, el 56% de los británicos coincide en que Boris Johnson debería dejar ya el poder, entre rumores de que se aferra al cargo para celebrar a finales de mes una fastuosa fiesta de bodas en Chequers, la residencia de campo de los primeros ministros, dado que cuando se casó en mayo de 2021 las restricciones por la pandemia lo impedían.
Considerando que la partida de Johnson no basta y se necesita "un verdadero cambio de gobierno", el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, evaluaba presentar una moción de censura contra el ejecutivo en un intento de precipitar la convocatoria de unas elecciones anticipadas que serían muy perjudiciales ahora para los conservadores.
- No logró resistir -
Johnson resistió durante días los llamados a su dimisión, pero acabó claudicando el jueves, cuando ya habían renunciado unos 60 miembros de su gobierno en una sangría que comenzó el martes con dos pesos pesados, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, y el de Salud, Sajid Javid.
Durante unos meses, el controvertido primer ministro había logrado hacer olvidar los escándalos que lo rodeaban gracias a su determinada ayuda a Ucrania contra la invasión rusa.
Pero a principios de junio, se enfrentó a un voto de censura de sus propios diputados. Sobrevivió gracias al apoyo de 211 de sus 359 legisladores, pero los 148 votos en su contra hicieron patente que el descontento no dejaba de crecer.
Varios reveses electorales, los últimos en dos legislativas parciales el 23 de junio, convencieron a un creciente número de diputados conservadores de que Johnson ya no podía liderarlos hacia las próximas legislativas.
Campeón de las elecciones de 2019, cuando logró la más importante mayoría conservadora en décadas gracias a la promesa de realizar el Brexit, el primer ministro cae desde hace meses en las encuestas.
Según los sondeos, una mayoría de británicos lo considera un "mentiroso".
Desde el denominado "partygate" -el escándalo por las fiestas organizadas en Downing Street durante los confinamientos de 2020 y 2021- hasta la irregular financiación de la lujosa reforma de su residencia oficial, pasando por acusaciones de amiguismo, los escándalos lo cercan.
Las renuncias de Javid y Sunak tuvieron lugar el martes horas después de que Johnson se disculpara por enésima vez, reconociendo que cometió un "error" al nombrar en un importante cargo parlamentario a Chris Pincher, que la semana pasada renunció acusado de toquetear a dos hombres, uno de ellos diputado.
Tras afirmar lo contrario, Downing Street reconoció que el primer ministro fue informado en 2019 de anteriores acusaciones contra Pincher, pero que las había "olvidado".