La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, desafió a su rival en las elecciones de noviembre, el expresidente Donald Trump, a un nuevo debate el 23 de octubre, pero el republicano rechazó la propuesta argumentando que es “demasiado tarde” ya que la votación por anticipado ha comenzado en algunos estados.
O’Malley Dillon argumentó que los debates brindan “una oportunidad única para que los votantes comparen a los candidatos y evalúen sus visiones contrapuestas para Estados Unidos”.
Además, consideró que sería “inédito en la historia moderna” que solo hubiera un debate antes de los comicios que determinarán el próximo inquilino de la Casa Blanca.
Harris y Trump ya se enfrentaron el 10 de septiembre en Filadelfia, en el estado clave de Pensilvania, en un encuentro organizado por la cadena ABC donde la vicepresidenta salió ganadora, logrando que su contrincante luciera nervioso en repetidas ocasiones.
Previamente, Trump había debatido a finales de junio con el entonces candidato demócrata, el presidente Joe Biden, quien tras una débil actuación en ese debate organizado por la CNN, y después de recibir presiones internas de su partido, tuvo que abandonar la campaña, cediendo el testigo a Harris.