Los recientes incendios en Grecia, que han calcinado amplias zonas de bosques y terrenos, dejan al descubierto los enormes "fallos" en materia de lucha y prevención de estos siniestros, en tanto los expertos advierten que el país enfrenta ahora una "enorme crisis ecológica". En dos semanas, más de 100.000 hectáreas quedaron carbonizadas, diezmando flora y fauna y demostrando cómo Grecia se ha quedado rezagada en términos de protección medioambiental respecto a sus socios europeos, sin contar con una verdadera política de prevención de incendios.
"Las construcciones ilegales, la falta de una verdadera cartografía forestal, el uso (por parte de la población) de los espacios naturales como si fueran de su propiedad, son algunos de los factores que explican el fracaso en la política (griega) de prevención de incendios", explica a la AFP.
"La mala gestión medioambiental del país" se suma a "fenómenos extremos", debido al cambio climático que Grecia enfrentará cada vez con más frecuencia a causa del "calentamiento global", afirma.
Las autoridades "fueron tomadas por sorpresa" a fines de julio, cuando centenares de incendios se produjeron de manera simultánea a las puertas de Atenas, pero también en regiones más remotas, en las islas de Eubea (noreste) y Rodas, o en el Peloponeso (sur), subraya Efthymis Lekkas, profesor de gestión de catástrofes naturales en la universidad de Atenas.
La excepcional ola de calor canicular que azotó al país no es la única responsable. A su parecer, los "fallos del sistema operativo y de prevención griego" también contribuyeron a lo que el propio primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, calificó como "una inmensa catástrofe ecológica".
"Por ejemplo, la apertura de corredores cortafuegos en los bosques no fue favorecida por los sucesivos gobiernos griegos, porque es algo que no tiene un impacto político directo", acusa Lekkas, quien evalúa en unos "5.000 millones de euros (5.860 millones de dólares)" los daños a largo plazo causados por los recientes incendios.
- Medios "inadaptados" -
En el terreno, varios habitantes contactados por la AFP, cuyas declaraciones fueron corroboradas 'sotto voce' por bomberos franceses, denunciaron los medios "inadecuados e insuficientes" con que cuentan los efectivos griegos ante la proliferación de incendios, si se comparan con los desplegados por soldados del fuego de una veintena de países que llegaron a ayudarlos.
Un vecino de Eubea, inclusive, llegó a comparar a Grecia con un "país tercermundista" en lo que respecta a los medios de que disponen sus bomberos.
De hecho, las autoridades griegas optaron por evacuar con mano firme para evitar pérdidas humanas como las sufridas en el incendio de Mati en julio de 2018 (102 muertos), o los siniestros en el verano de 2007 (77 fallecidos).
Con tres muertes que lamentar a comienzos de agosto, el gobierno conservador enfrenta ahora, por falta de prevención y recursos suficientes, una crisis medioambiental "enorme y duradera", considerando los "'hot-spots' de biodiversidad y conservación" convertidos en humo, se lamenta Diana Bell, profesora en la universidad de East Anglia (UEA), Inglaterra.
Grecia es el hábitat de "6.000 árboles y plantas diferentes", afirma, destacando que "ciertas esencias y especies animales son por completo únicas".
- Cambio climático "como excusa" -
Además, numerosos habitantes de las zonas siniestradas se vieron obligados a huir "tras la destrucción de sus propiedades", lo que aumentará todavía más la desertificación rural en Grecia y el abandono de cultivos, lo que deja terrenos baldíos inflamables, se inquieta la experta en biodiversidad.
Campesinos de la isla de Eubea que vieron quemarse sus rebaños, casas y campos culparon a Mitsotakis de este "crimen", acusándolo de haberlos "dejado en manos de Dios" al haber enviado la mayor parte de las aeronaves que bombardean agua a las opulentas "villas" de las afueras de Atenas.
Mitsotakis señaló al "cambio climático" y "la ola de calor canicular" para explicar este desastre. Pero las oenegés de protección medioambiental lo acusan de utilizar "al cambio climático como (mera) excusa" para encubrir la falta de medios y de prevención.
"La crisis del cambio climático no es una excusa para fracasar, sino que debe ser una advertencia para cambiar", indicó Dimitris Karavellas, director de la sección griega del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Karavellas lamenta que las propuestas de su organización para la prevención de incendios no hayan sido escuchadas en las últimas dos décadas.