Google lanzó este martes para todo el público su robot conversacional Bard, competidor de la exitosa interfaz ChatGPT, con el objetivo de mejorar la calidad de sus respuestas a través de una mayor interacción con los usuarios. La filial del grupo Alphabet anunció con cierta angustia a comienzos de febrero la creación de Bard, abrumada por la irrupción en noviembre de ChatGPT, el robot de la startup OpenAI creado en colaboración con Microsoft.
Sin embargo, por ahora el número de accesos es limitado y se estableció una lista de espera para gestionar la demanda de solicitudes de interesados. Inicialmente estará disponible para usuarios desde Estados Unidos y Reino Unido.
Se trata de una interfaz en un sitio web, independiente del motor de búsqueda de Google, con una ventada de texto donde el usuario puede escribir preguntas.
Bard está construido sobre la base del LaMDA, un modelo de lenguaje diseñado por Google para generar robots conversacionales (chatbots), cuya primera versión se presentó en 2021.
Ambos ejecutivos de Google reconocen que los LLM "no son perfectos" y pueden "entregar, seguramente, información inexacta, engañosa o falsa".
Google dice que implementó "salvaguardias" para contener la posibilidad de que el robot entregue respuestas imprecisas o inapropiadas, particularmente limitando la duración de la interacción entre Bard y los usuarios.
Desde que se lanzó ChatGPT, muchos internautas han tratado de llevar el chatbot hasta el límite y han logrado generar respuestas absurdas e incluso inquietantes.
En una entrevista con el New York Times, Hsiao y Collins reconocieron que Google todavía tiene la tarea de establecer un modelo de negocio y una estrategia de monetización para Bard.