Montículos de basura pútrida y charcos de aguas residuales contaminadas aparecen cada vez más en los campamentos de palestinos desplazados en el sur de la Franja de Gaza, agravando los riesgos sanitarios para quienes huyeron de los ataques israelíes.
En tanto, trabajadores humanitarios alertaron de que el deterioro de las condiciones sanitarias deja a los gazatíes en una situación aún más vulnerable.
"La gente tiene hambre pero el hambre se agrava porque sus sistemas inmunitarios son afectados por las condiciones de vida. La gente vive en condiciones muy miserables y hacinadas", dijo.
La guerra en Gaza comenzó con el ataque sin precedentes de Hamás del 7 de octubre en el sur de Israel, que dejó unos 1.160 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
La represalia israelí, dirigida a destruir a Hamás, ha matado al menos 31.726 personas, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud en el territorio, controlado por Hamás.
La mitad de los gazatíes sufren niveles "catastróficos" de hambre, y se prevé que el norte del territorio enfrentará una hambruna para mayo a menos de que haya una intervención urgente, advirtió el lunes una evaluación de seguridad alimentaria apoyada por la ONU.
En Rafah, donde la población pasó de 300.000 a 1,5 millones desde octubre, según la ONU, la gente apenas sobrevive en espera de una posible tregua, evitando las crecientes montañas de basura en su búsqueda diaria de comida.
"Al lado de los campamentos, al lado de las carreteras, hay montañas de papeles, plástico, latas, restos de comida, etc", señaló.
"Explosivamente peligroso"
La deplorable situación sanitaria en Rafah y otros sitios de la Franja de Gaza ya provocó un brote de hepatitis A, una inflamación del hígado causado por un virus que se propaga con las heces, aunque no suele ser mortal.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó en enero de que había 24 casos confirmados y "varios miles de personas con ictericia, al parecer debido a la hepatitis A".
Otras enfermedades podrían proliferar con el continuo deterioro de la situación, agregó.
Hassan Mustafa, quien fue desplazado del norte de Gaza a Rafah, dijo a AFP que los crecientes riesgos sanitarios crean temor entre sus vecinos.
Pero McGoldrick advirtió que, sin una pausa en los combates, es poco lo que pueden hacer las agencias humanitarias para mejorar las cosas.
"Como las plantas de energía no funcionan y porque (...) los sistemas de agua y saneamiento están rotos o necesitan reparación, no tenemos cómo convertir esto en algo mejor que la situación actual", admitió.