El presidente de Chile, Gabriel Boric, pidió el viernes acelerar la aprobación de las reformas de pensiones y cumplimiento tributario, dos iniciativas que se han empantanado por falta de acuerdos con la oposición y advirtió que la sacará adelante aunque "no es fácil”.
Y es que algunas de las reformas estructurales propuestas por el dirigente progresista, puntos vertebrales del programa que lo llevó a la primera magistratura, han recibido sendos ya portazos en el Congreso, que domina la oposición.
Sin ir más lejos, en marzo del año pasado la Cámara de Diputadas y Diputados ya rechazó la primera propuesta de la esperada reforma tributaria que, pese a todo, aún se sigue impulsando desde Hacienda.
"Sé que puede haber cansancio luego de dos años y medio, queda solo un año y medio, pero queda mucho por hacer, no hay espacio para el relajo", subrayó el jefe de Estado chileno.
Avances logrados
Pese a las dificultades, Boric remarcó los avances logrados en el diseño de la reforma de pensiones y el pacto fiscal, siendo este último proyecto objetivo de múltiples reestructuraciones para lograr su aprobación en el Legislativo.
Por ello, alabó el "empeño" del ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la ministra del Trabajo, Jeanette Jara, dos secretarios de Estado que han abierto fructíferos canales de diálogo con todos los sectores políticos, empresariales y sindicales, según sea el caso.
Gobiernos anteriores intentaron sin éxito reformar tanto el sistema de pensiones como el tributario, pero hasta ahora solo se han aprobado reformas parciales.
El sistema de pensiones de Chile, instaurado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), es pionero en la capitalización individual y obliga a cada trabajador a aportar un 10 % mensual de su sueldo a un fondo gestionado por empresas privadas, las AFP.
En los últimos años ha sido ampliamente criticado por las escasas pensiones que otorga, con la mitad de los contribuyentes chilenos recibiendo menos de 215.000 pesos (280 dólares) al mes de pensión, según datos de la Fundación Sol.