Francia vota este domingo para decidir si confían un nuevo mandato al presidente centrista, Emmanuel Macron, o dan un giro a la extrema derecha con Marine Le Pen, una elección crucial con réplicas en el mundo. Casi 49 millones de franceses están llamados a las urnas. A las 17H00 (15H00 GMT), un 63,23% ya votaron, unos dos puntos menos que en la primera vuelta y que en el balotaje de 2017 a esa hora, según cifras del ministerio del Interior.
Según los últimos sondeos publicados el viernes, el candidato de La República en Marcha (LREM), de 44 años, se impondría a su rival de la Agrupación Nacional (RN), de 53 años, con una ventaja menor que en 2017, cuando se proclamó presidente con un 66,1% de votos.
Cinco años después, Francia no es el mismo país: protestas sociales marcaron la primera mitad del mandato de Macron, una pandemia mundial confinó la población y la ofensiva rusa en Ucrania sacudió con fuerza el continente europeo.
La guerra a las puertas de la Unión Europea (UE) sobrevoló la campaña, aunque la principal preocupación de los franceses fue su poder adquisitivo, en un contexto de aumento de los precios de la energía y de la alimentación.
Más allá de escoger entre dos modelos de sociedad, los electores tienen entre sus manos seleccionar qué lugar en el mundo quieren para esta potencia económica y nuclear hasta 2027, una decisión que podría implicar cambios de alianzas si gana Le Pen.
La heredera del Frente Nacional propone inscribir la "prioridad nacional" en la Constitución, para excluir a los extranjeros de las ayudas sociales, y aboga por abandonar el mando integrado de la OTAN y reducir las competencias de la UE.