Todos los migrantes, mayoritariamente haitianos, que acampaban debajo de un puente internacional en Texas abandonaron el lugar, aseguró el viernes el gobierno de EEUU, blanco de una avalancha de críticas por esta nueva crisis migratoria en la frontera con México.
Señaló que hace menos de una semana había aproximadamente 15.000 indocumentados en Del Rio, Texas, la gran mayoría ciudadanos de Haití.
Mayorkas dijo que unos 8.000 regresaron voluntariamente a México, más de 5.000 fueron trasladados a centros estadounidenses de procesamiento de migrantes a lo largo de la frontera, y aproximadamente 2.000 fueron deportados a Haití en 17 vuelos.
Según cifras oficiales, desde el 9 de septiembre los guardias fronterizos interceptaron a cerca de 30.000 personas sin papeles en la pequeña localidad de Del Rio, donde vivían en condiciones insalubres y soportando altas temperaturas luego de cruzar el Río Bravo desde la ciudad mexicana de Ciudad Acuña.
Esta afluencia masiva de migrantes y el trato sufrido por algunos, a quienes guardias montados hicieron retroceder violentamente mientras cruzaban el río a pie, provocó duros cuestionamientos a la administración Biden, considerada inhumana por los progresistas demócratas y laxa por los conservadores republicanos.
En una instantánea tomada el domingo por un fotógrafo de AFP, un agente fronterizo a caballo agarra a un hombre por su camiseta en la ribera estadounidense del Río Grande. En otra, un guardia montado mantiene a raya a un grupo con largas riendas de cuero, en una postura amenazante, para obligar a la gente a retroceder.
Estas imágenes, que han recorrido el mundo, causaron revuelo en Estados Unidos.
Algunos señalaron que los migrantes fueron asimilados a ganado, otros recordaron el maltrato sufrido por los afroestadounidenses por parte de la policía montada, guardias de prisiones o propietarios de esclavos.