La Corte Suprema de Estados Unidos (EEUU) ordenó el martes la reactivación de una política migratoria que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México su cita ante tribunales, un fuerte revés para el presidente Joe Biden que angustia a miles que aguardan en la frontera.
La administración de Biden actuó rápidamente para comenzar a desmantelar y poner fin a esta controvertida política, oficialmente denominada Protocolos de Protección al Migrante (MPP).
Tras pasar por varias instancias judiciales, el gobierno de Biden solicitó a la Corte Suprema la suspensión de la reinstalación del programa.
En una breve orden sin firmar, el máximo tribunal indicó el martes que "la solicitud de suspensión... está denegada".
Según el documento, los tres jueces progresistas de la corte, Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan, dijeron que habrían permitido la suspensión de esa norma.
El caso ahora puede trasladarse a un nivel judicial inferior en un tribunal de apelaciones.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Biden dijo que "lamenta que la Corte Suprema se haya negado a conceder una suspensión".
Agregó que "mientras continúa el proceso de apelación, sin embargo, el DHS cumplirá con la orden de buena fe".
Angustia en la frontera
La Cancillería de México confirmó la noche del martes que fue notificada por el DHS sobre la resolución judicial y que ambas instituciones intercambiarían información sobre la misma para definir una postura.
Se espera además que el canciller Marcelo Ebrard ofrezca este miércoles una conferencia sobre el tema.
En tanto, migrantes centroamericanos que viven en precarias condiciones, acampando en una plaza pública de la ciudad mexicana de Reynosa (noreste), limítrofe con Texas, expresaron su angustia ante la posibilidad de permanecer más tiempo en esta situación.