Algunas de las rutas de montaña más legendarias de los Alpes, en Europa Central, se han vuelto intransitables este verano debido a las olas de calor y el deshielo de los glaciares, que las vuelven demasiado peligrosas.
Pero el derretimiento de los glaciares y el deshielo del permafrost, fenómenos que los científicos atribuyen al cambio climático, han hecho que algunas rutas sean demasiado peligrosas, con repetidos desprendimientos de rocas.
"Actualmente en los Alpes, hay advertencias para unos diez picos, entre ellos los picos emblemáticos como el monte Cervino y el Mont Blanc", declaró a la AFP el secretario general de la Asociación suiza de guías de montaña, Pierre Mathey.
"Normalmente, estos cierres ocurren más bien en agosto. Pero ahora se hicieron a finales de junio, inicios de julio", subrayó.
Aplazar
Los guías que suelen llevar a miles de aficionados a los picos más altos de Europa cada año han decidido dejar de utilizar ciertas rutas para subir al Mont Blanc, a caballo entre Francia, Italia y Suiza.
Las "condiciones particularmente delicadas de las últimas semanas" causadas por el pico de temperatura hicieron necesario "posponer las subidas", dijeron los guías alpinos italianos en su página de Facebook.
También en Suiza, los guías decidieron no subir al famoso pico Jungfrau y desaconsejaron seguir las rutas de las vertientes italiana y suiza del Cervino, la montaña emblemática de Suiza.
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Las medidas suponen un golpe tras dos temporadas difíciles marcadas por la pandemia del covid-19, dijo el presidente de la asociación de guías del Valle de Aosta (Italia), Ezio Marlier.
Pero también deplora que demasiadas personas anulen su viaje cuando aún hay varios senderos abiertos. "Es posible hacer muchas más cosas, pero normalmente la gente que quiere el Mont Blanc quiere el Mont Blanc", señala.
Glaciares peligrosos
Acceder a los glaciares que se han derretido a un ritmo acelerado este año también entraña riesgos.
"Los glaciares están en un estado en el que suelen estar al final del verano o incluso más tarde", advirtió Andreas Linsbauer, glaciólogo de la Universidad de Zúrich.
Según el experto, una serie de factores explica que este verano sea "verdaderamente extremo" para los glaciares. Entre ellos el hecho de que cayó poca nieve en invierno y de que la arena del desierto del Sáhara llegó antes, lo que oscureció la nieve y la derritió más rápido.
A estos factores se suman las olas de calor que azotaron Europa en mayo, junio y julio y aceleraron el deshielo de los glaciares.
En Italia, un enorme bloque del glaciar de la Marmolada (noreste) se desprendió en julio y dejó 11 muertos.
Las altas temperaturas hicieron que se acumulara agua bajo la capa de hielo, aumentando la inestabilidad de la cima. La víspera del desprendimiento, se habían registrado 10ºC en la cumbre.
"Amenaza invisible"
Para Mylène Jacquemart, especialista en glaciares de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, el derrumbe del enorme bloque del glaciar de la Marmolada presenta aún algunas incógnitas.
"Pero en general, cuanto más se derrite el agua, más complicada y peligrosa se vuelve la situación", dijo a la AFP.
Pierre Mathey coincide con este análisis. Estas "bolsas de agua, en periodos largos y con temperaturas muy elevadas, son un peligro adicional porque no son visibles", dijo.
Pero al mismo tiempo, sigue confiando en que los guías encontrarán rutas alternativas. "La resistencia es realmente el ADN del guía de montaña... y la adaptabilidad", sostuvo.