Los brasileños votaban este domingo para decidir si mantienen al ultraderechista Jair Bolsonaro en el poder o se lo devuelven al gran favorito en las encuestas, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, dos archirrivales que encarnan visiones opuestas de Brasil. El izquierdista parte con ventaja incluso para vencer en primera vuelta, según las encuestas, al término de una campaña que evidenció una profunda polarización en el mayor país de América Latina. Lula puede imponerse incluso en esta primera vuelta, mientras que Bolsonaro insiste en que las encuestas mienten y asegura que puede haber fraude.
"Regresar a la normalidad"
El expresidente y candidato a las elecciones en Brasil Luiz Inácio Lula da Silva votó este domingo y dijo que quiere vencer para que Brasil "vuelva a la normalidad". Levantando los pulgares en símbolo de victoria, Lula votó en Sao Bernardo do Campo, región de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años setenta.
Estoy "votando aquí con la posibilidad de volver a ser presidente, para intentar que este país vuelva a la normalidad". "No queremos más odio o discordia", dijo el líder de la izquierda al votar en Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo.
Brasil: Lula y Bolsonaro cierran campaña presidencial
Respeto a las eleciones
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo este domingo que "unas elecciones limpias deben ser respetadas" al votar en Rio de Janeiro en la primera vuelta de las presidenciales, y deseó que "venza el mejor".
Bolsonaro votó vestido con una camiseta amarilla de la selección brasileña en el barrio Vila Militar, en Rio de Janeiro.
El ultraderechista, que marcha segundo en las encuestas, ha cuestionado la fiabilidad del sistema electoral de Brasil, despertando temores de que no acepte una eventual derrota frente al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
Polos Opuestos
Bolsonaro, de 67 años, ha gobernado el mayor país de América Latina a golpe de crisis, especialmente con una fustigada gestión de la pandemia que dejó 686.000 muertos y un desafío constante a las instituciones democráticas.
Mantiene un sólido apoyo entre el electorado evangélico, el agronegocio y los sectores más conservadores.
Lula, que presidió Brasil durante un periodo de fuerte crecimiento y dejó el poder con un envidiable índice de popularidad, vuelve al ruedo político sin poder sacudirse a ojos de parte de la sociedad la mancha de la corrupción. Fue condenado y luego absuelto por motivos procesales por el escándalo "Lava Jato" sobre una red de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.
Este autodenominado "joven de 76 años", excarcelado en 2019 tras pasar 19 meses en prisión, cuenta con el apoyo de las clases populares, las mujeres y jóvenes y trata de seducir al mercado y sectores moderados. Su candidato a vicepresidente es el tecnócrata Geraldo Alckmin.
De ganar, promete combatir el hambre en Brasil, sacar al país de su aislamiento diplomático y poner fin a su imagen de "paria" medioambiental, debido a la deforestación masiva de la Amazonía registrada bajo Bolsonaro.
Unos 500.000 agentes velarán por la seguridad de la jornada electoral, mientras que el porte de armas por parte de ciudadanos, que Bolsonaro promovió activamente durante su mandato, fue suspendido durante tres días hasta el lunes.
Unos 156 millones de electores también están llamados a votar el domingo la Cámara Baja del Congreso, un tercio del Senado y los gobernadores y asambleas legislativas de los 27 estados de Brasil.