Varias oenegés extranjeras anunciaron este domingo que suspendían sus actividades en Afganistán después de que los talibanes prohibieran trabajar a las mujeres en este tipo de organizaciones. A la espera de "aclaraciones" sobre esa decisión, "suspendemos nuestros programas y exigimos que hombres y mujeres puedan continuar" en igualdad de condiciones "con nuestra ayuda para salvar vidas en Afganistán", afirmaron en un comunicado Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados y CARE Internacional.
Decenas de oenegés y altos cargos de la ONU que operan en Afganistán se habían reunido el domingo para abordar la actual situación.
"Si (las autoridades) no están en condiciones de revocar esta decisión (...), será muy difícil continuar y proporcionar ayuda humanitaria de manera independiente y justa, porque la participación de las mujeres es muy importante", declaró a AFP el coordinador humanitario de la ONU para Afganistán, Ramiz Alakbarov.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI), condenó el domingo el veto educativo y su secretario general, Hissein Brahim Taha, llamó "enérgicamente" al régimen talibán a revisar su decisión, considerándola "contraria a los intereses del pueblo afgano".
- Impacto "devastador" -
En la misiva enviada el sábado a las oenegés, el ministerio de Economía les ordenaba dejar de emplear a mujeres bajo la amenaza de perder su autorización para poder trabajar en el país.
Justificaba la decisión en que había recibido "quejas" de que las mujeres que trabajaban en estas organizaciones no respetaban el uso del velo islámico.
En Afganistán, las mujeres están obligadas a cubrirse el rostro y el cuerpo entero.
Según la ONU y las agencias de cooperación, más de la mitad de los 38 millones de habitantes del país necesitarán ayuda humanitaria durante el duro invierno.
Decenas de organizaciones trabajan en regiones remotas de Afganistán y muchas veces emplean a mujeres, y varias de ellas advirtieron que esta prohibición obstaculizaría sus labores.
"No queremos suspender la ayuda de inmediato, puesto que perjudicaría al pueblo afgano", señaló el enviado de la ONU, Ramiz Alakbarov, subrayando que el veto tendría un impacto "devastador" en la ya deteriorada economía del país.
En los últimos meses, los talibanes, que regresaron al poder en agosto de 2021, han estrechado el cerco sobre las mujeres.
Hace menos de una semana fueron vetadas de las universidades del país por "no respetar" el código de vestimenta. Y desde marzo, tampoco pueden acudir a las escuelas secundarias.
Las mujeres también están excluidas de numerosos empleos públicos y no pueden viajar sin la compañía de un pariente varón. Los talibanes les prohibieron igualmente acceder a parques, jardines, gimnasios y baños públicos.
- "Un infierno para las mujeres"" -
Una mujer afgana, de 27 años, contó bajo condición de anonimato que tenía que empezar a trabajar el domingo en una oenegé internacional.
"El arduo trabajo que he realizado en los últimos años en el campo de la educación se ha hecho añicos", declaró a la AFP.
Para Shabana, de 24 años, empleada de una oenegé en Kabul, la situación también dio un vuelco.