José Digeronimo, presidente de la Cámara Marítima de Panamá, subrayó la importancia de que el país no solo evalúe las contribuciones económicas de las empresas extranjeras a través de proyectos como el Canal, sino que también considere el impacto social y los empleos generados a nivel local. En este contexto, Digeronimo destacó la necesidad de medir el beneficio real para los panameños, más allá de las grandes cifras de ingresos para el Estado.
El Canal de Panamá: Un motor económico con desafíos
Digeronimo se refiere al Canal de Panamá como un “ejemplo interesantísimo” que, si bien genera enormes ingresos para el país, también tiene que ser analizado desde una perspectiva más amplia, considerando los empleos y las oportunidades que se derivan de su operación. Aunque destacó los 2.7 billones de dólares generados por el Canal el año pasado, advirtió sobre los desafíos que enfrentan otros sectores relacionados, como las industrias marítimas auxiliares, que se están viendo afectadas.
Señaló que el sector se ve golpeado por la eficiencia del Canal, que ahora maximiza su capacidad y genera una ventaja competitiva que, en algunos casos, no favorece a los puertos y servicios auxiliares. “La ventaja competitiva de nuestro sector de industrias marítimas auxiliares era precisamente aprovechar la ineficiencia del canal”, comentó, y señaló que la competitividad entre puertos, no solo dentro de Panamá, sino con otros países de la región, se está tornando cada vez más difícil.
Puerto Barú: Una opción estratégica para el futuro
Un proyecto polémico en Panamá, es el puerto de Barú, en la provincia de Chiriquí, que ha sido objeto de controversia debido a la resistencia de grupos ambientalistas y la reciente aprobación del estudio de impacto ambiental. Digeronimo, sin embargo, defiende la necesidad de este puerto como una infraestructura estratégica para la región.
Según el presidente de la Cámara Marítima, la ubicación del puerto en Barú responde a una necesidad histórica, ya que antes de la construcción de la carretera Panamericana, la región estaba conectada con Panamá por mar.
Con el crecimiento del sector agropecuario y la expansión de actividades como la palma aceitera, Digeronimo considera que un puerto en esta zona es esencial para optimizar el transporte de productos, reducir la carga en las carreteras y facilitar las importaciones necesarias para el sector agrícola.
Desafíos y futuro de la infraestructura marítima de Panamá
En conclusión, José Digeronimo enfatizó que Panamá necesita actualizar y expandir su infraestructura portuaria, un aspecto que se ha visto limitado por proyectos fallidos en los últimos años. El sector marítimo enfrenta crecientes desafíos de competencia internacional, con puertos vecinos como Cartagena, Colombia, ganando terreno gracias a su capacidad para ofrecer precios más competitivos y servicios eficientes.
“Aprovechando simplemente que… nosotros estamos dormidos”, criticó Digeronimo, haciendo un llamado a la acción para mejorar la infraestructura portuaria y garantizar que Panamá siga siendo un actor clave en el comercio internacional.
Panamá se enfrenta a una encrucijada en la que, según el presidente de la Cámara Marítima, será crucial no solo medir las contribuciones financieras de los proyectos, sino también evaluar su impacto social y económico para el bienestar de los panameños y el desarrollo sostenido del país.