Las manifestaciones populares en contra de la industria minera en Panamá que culminaron con la decisión unánime de la Corte Suprema de Justicia sobre la inconstitucionalidad de un contrato ley nos obliga a analizar con detalle cómo es que ejecutaremos ese camino hacia más generación de energía limpia, incluyendo la descarbonización de un país, indicó el economista Carlos Araúz, en el segmento de Conexión Financiera.
Araúz destacó que ¿De dónde vendrá el dinero para la transición hacia energía limpia? En el caso panameño, cómo atraemos capital para reemplazar la mina? ¿Cuánto costarán los intereses de esas estructuras? y, más importante aún: ¿Cuánto recurso hay, cuánto hay disponible para que lo verde sea realmente verde?
El analista dijo que ¿Cuál es la paradoja de Dubái? Que sigue siendo mucho más fácil encontrar financiamiento para proyectos sucios para producir cosas que el mundo realmente no necesita. Jacqueline Novogratz del fondo de impacto Acumen lo dijo muy bien: todos queremos hablar de enverdecer África por ejemplo pero usualmente el capital es carísimo para lograr cambios en ese continente. Así es imposible.
Según Araúz, es por ello que el Banco Mundial está presionando para apoyar proyectos de sostenibilidad a tasas de interés más bajas. Pero estos cambios se mueven muy lentamente.
Finalizó comentado que en COP28, líderes mundiales en lo político y económico se comprometieron a acciones que controlen el aumento en temperaturas. Desde nuestra perspectiva, todos esos compromisos se quedan cortos de los trillones de dólares que el mundo necesita para realmente ir hacia lo verde. Es por ello que debemos colaborar con un norte diferente en materia de finanzas sostenibles para así apreciar realmente el valor de lo verde.