En los últimos 12 meses, el precio de prácticamente todo lo que usamos en nuestras vidas ha aumentado, como consecuencia de factores como la pandemia, invasión rusa en Ucrania, sumado a los cierres de producción en China, creando un ambiente inflacionario no visto en poco más de 40 años. El economista Carlos Araúz explicó en Conexión Financiera, que a nivel mundial los bancos han tenido que ajustar las tasas al alza en las últimas 8 semanas, sin intención alguna de bajar el ritmo de dichas alzas. Esto se debe a que los bancos centrales de Estados Unidos, Reino Unido y la comunidad Europea tienen una guerra abierta en contra de la inflación y está es la manera más rápida y eficiente de controlar la escalada descontrolada en el costo de todo.
Asimismo, los indicadores inflacionarios en julio detuvieron su crecimiento y parecen estar estables para agosto incluyendo el precio de los alimentos.
El índice mundial de precios viene ajustándose a la baja desde su máximo punto en marzo de este año, es por eso que las acciones de los bancos centrales están originando efectos positivos en esta dura batalla con el alto costo de la vida.
Contracción económica
Debido a las altas tasas de interés existe también el peligro de contracción económica y es aquí donde se debe hilar muy fino ya que el dinero que Panamá necesita para retomar un crecimiento estable parece aún no llegar a las áreas que generan trabajo como los empresarios de la micro y pequeña empresa.
Según Araúz, la medida del control de precios debe ser un ejercicio temporal. Además, es vital la importancia que los actores de la economía criolla no caigan en el juego de la greedflation o en español algo como la avariflación: subidas de precios provocadas por la avaricia, la codicia de recuperar ganancias afectadas por la pandemia o por los recientes disturbios callejeros.
Se espera que la libre competencia y la fuerza de los mercados traigan accesibilidad al bienestar que tanto se necesita.
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