Washington, Estados Unidos | AFP | jueves 12 de noviembre de 2020.
Trump ejerce su derecho a quejarse de que el conteo de votos que muestra que su rival demócrata Joe Biden tuvo una victoria con márgenes estrecho contiene errores.
Los resultados de muchas elecciones en Estados Unidos han sido tan ajustados como los del 3 de noviembre pero ningún presidente que perdió denunció que la elección le fue robada o se negó a conceder la victoria a su adversario.
Más de una semana después de las elecciones cuyos resultados primarios se conocieron el sábado, el presidente no ha aportado evidencias del fraude que denuncia.
Para algunos, Trump está mostrándose como un líder autoritario.
Trump ha expresado abiertamente su admiración por mandatarios como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que cultivan un estilo confrontativo con las instituciones de su país.
Ahora, los críticos de Trump afirman que él está siguiendo estos pasos. Pero también está la posibilidad de que su estrategia sea más bien una técnica de comunicación de su arista de presentador de televisión.
Hasta ahora sus intentos en los tribunales se estrellaron sin prosperar y su abogado, Rudy Giuliani tampoco aportó datos más allá de decir que los demócratas "se comportaron de una manera que sugiere un fraude".
- La teoría de un golpe de estado -
En el proceso, el mandatario destituyó al jefe del Pentágono el lunes, una personalidad percibida como relativamente independiente, y luego siguió la purga con otros altos cargos, algo que indignó a sus críticos.
"En las últimas 24 horas, el Secretario de Defensa, el subsecretario de Defensa para la Política y el subsecretario de Defensa de Inteligencia fueron despedidos (...) ¿Por qué?", dijo en Twitter Alexander Vindman, un oficial retirado que trabajó en la Casa Blanca hasta que fue depuesto después de testificar contra Trump en el juicio político en el Congreso.
Un punto clave fue cuando el jefe del Departamento de Justicia, Bill Barr, autorizó a los fiscales federales a abrir investigaciones sobre irregularidades en el voto.
Entonces el jefe de la división de crímenes electorales del Departamento de Justicia renunció en protesta.
Algunos de los que plantean escenarios más extremos, advierten que incluso se podría producir un golpe dentro del Colegio Electoral.
Para que eso se materialice los legisladores estatales republicanos deberían amañar una estrategia para enviar electores que ignoren el voto de los ciudadanos y se vuelquen a Trump.
Una confabulación de circunstancias de este tipo son ventiladas en muchos medios, pero parecen una posibilidad lejana en la vida real.
"Para empezar, incluso hablar de hacer algo así, desataría una gran agitación y colocaría a los legisladores bajo una presión sin precedentes", escribió Richard Hasen, profesor de derecho de la Universidad de California.
Pero, tras una campaña anormal y un resultado que se hizo esperar, los nervios están a flor de piel.
Los comentarios del jefe de la Diplomacia, Mike Pompeo, de que el gobierno se prepara para un "segundo mandato de Trump" no ayudaron a calmar los ánimos.
- Un espectáculo para su futura carrera -
Pero también existe la posibilidad de que Trump esté montando un espectáculo para estar en el centro de los focos.
Pese a que no ganó, obtuvo 72 millones de votos, mantuvo a su leal base consigo y según una encuesta de Politico/Morning Consult, un 70% de los republicanos creen que la elección no fue libre ni justa.
Trump también puede tener objetivos personales: sus finanzas y su futuro profesional.
El energético político de 74 años tiene ahora una gigante base de datos de votantes y tiene opciones más allá de construir una biblioteca presidencial como sus antecesores.
Un pista de su camino es su apetito por los negocios.
Siga o no una carrera en la política, se especula que vuelva a la televisión, quizás con la misión de castigar a la cadena Fox News, que criticó por lo que consideró una falta de lealtad.
Fox "olvidó lo que los hizo exitosos, lo que los llevó donde están. Se olvidaron de la gallina de los huevos de oro", dijo el jueves en una serie de tuits atacando al dueño de la cadena, Rupert Murdoch, y atizando una teoría de la conspiración gestada por las cadenas de extrema derecha Newsmax y OANN.
Entonces, ¿podría ser que el caos post-electoral articulado por Trump fuera el episodio piloto para su próximo programa de telerealidad?
FUENTE: Agencia AFP