El arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, dijo este miércoles que la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de 2019, que se desarrollará en Panamá, es "un proyecto de país" en el que no faltarán noches animadas, "bailecitos cristianos" y guiños a la cultura indígena y afro.
Y añadió: "Hemos recibido la ayuda del Gobierno que nos va a facilitar toda esa infraestructura que una JMJ conlleva para que realmente pueda dar los verdaderos frutos".
El arzobispo destacó que "Panamá tiene algo muy especial", su conectividad terrestre, aérea y marítima, un elemento que en su opinión "ha pesado mucho" junto a la reciente ampliación del Canal a la hora de elegir al istmo como próxima sede de la jornada.
En la rueda de prensa también participó el cardenal y obispo de David (oeste panameño), Jose Luis Lacunza, que reconoció que se está planteando que este acto se celebre entre enero y marzo, en la temporada seca, en vez de julio ya que en ese mes llueve mucho.
Ulloa dijo que ahora se deberá conformar el equipo y empezar a trabajar y "soñar" las infraestructuras, las áreas en las que se asentará el campamento y coordinarse con las familias que, según explicó, ya "están desbordando porque quieren acoger a jóvenes".
El arzobispo expresó su deseo de que la JMJ ejerza como "un bálsamo y un aire fresco para toda la región latinoamericana y centroamericana" y por ello la encomendó al beato salvadoreño Óscar Arnulfo Romeno y a Santa María la Antigua, primera advocación mariana en tierra firme.
En cuanto a los actos, aunque por el momento no hay nada establecido, Ulloa avanzó que no faltarán "los bailes, los vestidos típicos, la realidad indígena y la afro" y auguró que "las noches van a ser muy animadas", con escenarios "muy naturales y frescos".
Panamá es un Estado sin ejército y, preguntado por la seguridad, Ulloa argumentó que el país ya ha organizado eventos de nivel como la Cumbre de las Américas pero que también pedirán ayuda a los países colindantes.
Pero en este proyecto quienes estarán llamados a colaborar para que todo salga bien serán los jóvenes, insistió el arzobispo.
La JMJ supondrá, ya desde su fase de preparación, "una oportunidad" para los jóvenes de Centroamérica, para salir "de la exclusión y de la marginalidad" y zafarse de "las garras del narcotráfico y de la trata de personas", agregó.
Al término de la audiencia general, el papa le dijo a Ulloa: "Tienes entre manos un gran lío pero no tengas miedo, sigue liando, porque sabemos que ustedes juntos, con la ayuda de toda la región, sacan adelante esta gran encuentro de la juventud", relató el arzobispo.