América Latina debe universalizar el diagnóstico del VIH con el fin de comenzar con el tratamiento antirretroviral lo antes posible en caso de dar positivo, según Lorena Castillo, embajadora de ONUSIDA para la región y primera dama de Panamá.
La primera dama panameña participa en Ginebra en la Asamblea Mundial de la Salud en calidad de embajadora de ONUSIDA para Latinoamérica.
Castillo considera que la dificultad para acceder a las pruebas diagnósticas recae en parte en la falta de centros sanitarios, sobre todo en zonas deprimidas, pero también en la discriminación entorno a la enfermedad y a las poblaciones de riesgo que la padecen.
Ante esta situación y consciente de que es un problema de enormes proporciones y no circunscrito a Latinoamérica, Castillo asumió el rol de portavoz de la campaña "Cero Discriminación" de ONUSIDA.
Según datos recogidos por la campaña, el 19 % de las mujeres seropositivas en Panamá fueron presionadas para por un profesional de salud para ser esterilizadas, y un 25 % aconsejada para no tener hijos.
La recomendación de no ser madre se eleva a un 48 % de las seropositivas de Costa Rica, al 42 % en Colombia, al 37 % en México, y al 36 % en Guatemala.
El 14 % de los seropositivos panameños o costarricenses han perdido el empleo por esta causa y uno de cada 5 seropositivos en México han debido cambiar de domicilio.
"Por ello, muchos no se hacen el examen. Porque el estigma es inmediato", explicó Castillo, quien recordó que la enfermedad se relaciona inmediatamente con grupos de riesgo que de por si ya están discriminados, como las trabajadoras sexuales o los homosexuales y transexuales.
Castillo dijo que conocer de cerca la situación de estos colectivos, como los transexuales, "le han cambiado la vida".
"Todos los seres humanos somos iguales y debemos tener los mismos derechos seamos como seamos y hagamos lo que hagamos. Tiene que trascender la conciencia de que no hay que juzgar a nadie".
Conocer el número de personas seropositivas permitirá, según Castillo, poder alcanzar otros dos ambiciosos objetivos: que todo el mundo tenga acceso a los tratamientos antirretrovirales, y especialmente las mujeres embarazadas, para evitar la transmisión materno-filial.
"Lo primero que hay que hacer es incluir en la lista de exámenes obligatorios para las embarazadas el test de VIH. Eso determinará si la mujer podrá parir o deberá hacerse cesárea, si podrá amamantar o no, y comenzar el tratamiento antirretroviral lo antes posible".
"Tenemos que acabar con la transmisión a los bebés, no debemos aceptar que nazcan más bebés seropositivos. Si lo ha logrado Cuba, también lo pueden hacer el resto de países, no depende de dinero, sino de voluntad".
Voluntad y determinación es lo que quiere transmitir Castillo a sus homólogas latinoamericanas a quien quiere reunir en un grupo de primeras damas unidas por la lucha contra el VIH.
"Espero que muchas se unan y aquellos países cuyas primeras damas no quieran asumir ese rol pues que envíen a una persona capacitada para que juntas logremos revertir la situación".
Castillo pretende presentar a este grupo el próximo septiembre durante la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
La importancia de la educación cómo un método esencial para luchar contra prácticas machistas y pautas de discriminación, será uno de sus objetivos.
"Promover el uso de anticonceptivos es un segundo paso. Lo primero que hay que hacer es educar. Que las niñas, que las adolescentes conozcan su cuerpo, sus derechos. Lo que hay que hacer es comenzar por introducir educación sexual en las escuelas y que todos conozcan sus riesgos".
En Latinoamérica, se calcula que en 2014 había 1,7 millones de personas seropositivas -33.000 de ellas niños- y el 47 % de ellas tenían acceso a tratamiento antirretroviral.
Del total de seropositivos de más de 15 años, el 31 % eran mujeres.
Ese año, 41.000 personas murieron de causas relacionadas con el sida y otras 87.000 contrajeron la enfermedad, cifra que se ha mantenido estable en último lustro.