Hambre, tortura, violaciones: la triste realidad de los presos de la cárcel militar siria de Saidnaya ha sido recreada hasta el último detalle en tres dimensiones en Londres, como una herramienta más para luchar contra estos abusos.
El activista y arquitecto israelí Eyal Weizman, de 46 años, creó FA en 2011, que tiene su sede en el sur de Londres, en el campus de la institución Goldsmiths de la Universidad de Londres.
Su laboratorio interdisciplinario está especializado en producir análisis y evidencias para usar en casos de derechos humanos en los tribunales internacionales, con una arquitectura que ayuda a recrear hechos ocurridos en entornos caóticos.
Otros trabajos de FA fueron la reconstrucción de los bombardeos de Gaza en 2014, el genocidio del pueblo indígena ixil en Guatemala, entre 1978-1984, y el naufragio de un barco en 2011 en el mar Mediterráneo con 63 refugiados a bordo.
Ninguna organización ni periodista ha conseguido visitar la infame prisión del régimen de Bashar Al Asad, ubicada 25 kilómetros al norte de Damasco.
FA reconstruyó el lugar a partir de los testimonios de presos e imágenes de satélite, así como materiales públicos.
"Se trata de ir desenmarañando los hechos a partir de pequeños detalles", explicó el investigador de arquitectura Stefan Laxness.
"Reparamos en los detalles sobre el espacio mencionados inadvertidamente por los detenidos, usamos eso para reconstruir lo que experimentaron, y eso nos ayudó a entender el modo en que la cárcel podía estar estructurada. Empezamos a constatar un patrón en la trayectoria de los presos en el recinto".
Un detenido, por ejemplo, describió como los rayos del sol iluminaban una cierta parte de su celda a una cierta hora, lo que sirvió para verificar su relato.
"Cuando colocas la celda en el espacio con una cierta orientación, y haces una simulación del sol... ves si su testimonio concuerda con los parámetros físicos. De algún modo, eso valida al testimonio y su historia", dijo Laxness said.
Los investigadores viajaron a Estambul para entrevistar a "testigos auditivos", que estuvieron vendados a sus paso por la cárcel o no tenían una visión de conjunto.
Estos testigos eran igualmente útiles para establecer el ritmo de la vida en la cárcel y las rutinas de los torturadores.
FA es el único estudio de arquitectura que realiza estos análisis y trabaja para Human Rights Watch, las cortes internacionales y la ONU.
Su trabajo combina elementos de cartografía, derecho e incluso ecología, con nuevas tecnologías como el 3D, y la narración de víctimas y testigos.
"La arquitectura proporciona una mirada crucial, vital para entender los conflictos modernos", dijo Weizman, explicando que el traslado de los conflictos a entornos urbanos exige una perspectiva nueva.
"La ciudad es un entorno mediático intenso", añadió. "Hay un montón de periodistas y cada vez más y más ciudadanos que filman lo que ocurre a su alrededor".
"Para tener una imagen con todas esas fuentes tienes que construir maquetas arquitectónicas y situar todos esos videos en el espacio, para reconstruir la narración de los hechos", añadió.