Relaciones sexuales frecuentes y satisfactorias aumentan el riesgo de crisis cardíaca entre los hombres mayores, pero a la inversa, el orgasmo es benéfico para las mujeres de más edad, revela un estudio publicado este martes.
Los investigadores analizaron los datos de un estudio nacional realizado entre 2.204 personas de ambos sexos de más de 57 años. Los trabajos, financiados por el gobierno federal, están publicados en la edición del Journal of Health and Social Behavior (Revista de Salud y Comportamiento Social).
Entre las mujeres mayores, las relaciones sexuales satisfactorias podrían incluso reducir el riesgo de hipertensión, señalan los investigadores.
Los participantes en el estudio tenían entre 57 y 85 años en el momento de los primeros resultados del estudio en 2005-2006. Los datos suplementarios fueron obtenidos cinco años más tarde.
El riesgo cardiovascular fue medido en términos de hipertensión, ritmo cardíaco acelerado y de la tasa de una proteína en la sangre, la llamada C-reactiva, que mide el nivel de inflamación del organismo.
Los autores también tuvieron en cuenta el número de crisis cardíacas, accidentes vasculares cerebrales y de insuficiencias del corazón en los diferentes grupos.
Los hombres mayores que tenían relaciones sexuales una o más veces por semana, concluye el estudio, tuvieron en los cinco años el doble de accidentes cardiovasculares que los que estaban sexualmente inactivos. Esa diferencia de riesgo no se constató entre las mujeres.
Según Hui Liu, estos resultados sugieren que el estrés y los esfuerzos de una relación sexual son más exigentes con la edad para los hombres dado que tienen cada vez menos energía y más dificultad para tener una erección y alcanzar el orgasmo.
La disminución de las tasas de testosterona y el uso de medicamentos para paliar las disfunciones sexuales también podrían contribuir a los problemas cardiovasculares masculinos, señalan los investigadores.
Al contrario, las mujeres de la misma franja de edad que tienen orgasmos intensos --o simplemente satisfactorios-- redujeron claramente su riesgo de hipertensión cinco años después del inicio del estudio respecto de las que no experimentaban placer.