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El coronapase, la llave de la reapertura en Dinamarca

Bares, cafés y restaurantes lo utilizan sin problemas desde el 21 de abril.

"Estoy impaciente. He echado de menos el cine. Estoy deseando volver a ver una película en la gran pantalla", confiesa Stina que, con su "coronapase" en mano, disfruta de la reapertura de cines, gimnasios y salas de espectáculo en Dinamarca.

Como en restaurantes, peluquerías o museos, para entrar en el cine, hay que mostrar este pasaporte sanitario que atestigua de un test negativo de menos de 72 horas, de una vacunación o de una recuperación reciente de covid-19.

"Haces una prueba rápida, que es gratuita, y luego recibes un pase en tu celular cuando los resultados están listos. Entras y muestras tu pase y tu identificación", explica Stina, una trabajadora treintañera.

En el Falkoner, en el centro de Copenhague, no hay gran afluencia de público en esta nublada tarde de jueves, pero sí algunas nuevas películas en cartelera y las ganas de recuperar el tiempo perdido.

"Para nada me molesta mostrar el coronapase. Me parece muy bien. Te sientes segura mientras todo vuelve a abrirse", explica Ottilia, una estudiante de 22 años, que compra entradas para una próxima sesión.

Puesto en marcha discretamente a principios de marzo cuando reabrieron los zoos, su uso se extendió a cada etapa de la desescalada de las restricciones sanitarias.

"Es un gran éxito porque ha combinado la reapertura de la economía y la aceleración de las pruebas" de diagnóstico, estima Lars Ramme, un responsable de la Cámara de Comercio de Dinamarca.

Bares, cafés y restaurantes lo utilizan sin problemas desde el 21 de abril.

"Sinceramente, creo que después de un confinamiento de cuatro meses y medio, en Copenhague al menos, la gente haría cualquier cosa por ir a tomar una cerveza y comer algo", estima Mikkel Bjergsø, fundador de la popular cervecería Mikkeler.

En uno de sus pubs, Warpings, instaló una cabina para que sus clientes sin un pase válido puedan someterse a un test.

El pase, esencialmente digital, está actualmente disponible en la aplicación "Min Sundhed" ("Mi salud"), pero también en versión papel.

"Por ahora, el coronapase es una buena idea", asegura Carl Kronika, un empresario de 21 años. "Cuando lo piensas, da un poco de miedo, pero actualmente es la única manera de poder salir y vivir nuestras vidas".

- "Nueva normalidad"

Como sus amigos, sentados junto a él alrededor de unas cervezas, el joven se somete a un test dos veces por semana en uno de los muchos locales de Copenhague.

Cuando sólo el 12,7% de los daneses está vacunado por completo, el principio del pase sanitario reposa sobre todo en las pruebas de diagnóstico, gratuitas, desplegadas en gran número por actores públicos y privados.

En el centro de la capital danesa, la compañía Copenhagen Medicals transformó una inmensa sala de conciertos en un centro de diagnóstico, por donde pasan cada día hasta 3.000 personas.

Diariamente, en este reino nórdico de 5,8 millones de habitantes, pueden realizarse hasta 500.000 test.

"Es la nueva normalidad. Yo anoté en mi agenda un test cada tres días", explica Maibrit Dener-Madsen, la responsable del cine Falkoner.

En un país donde la confianza en las autoridades es muy elevada --el 67% dice confiar en el gobierno y más del 90% en las autoridades sanitarias--, el uso del "coronapase" registró algunas resistencias.

Entre los opositores, el movimiento, muy minoritario, de los "Men in Black" que recorre habitualmente Copenhague gritando su hartazgo por las reglas sanitarias.

Aunque un danés de cada tres considera exageradas las restricciones, poco más de un 10% apoya las protestas, según un informe reciente de la Universidad de Aarhus.

En sus recomendaciones, el Consejo de Ética recomienda, a largo plazo, "disminuir progresivamente el uso del pasaporte corona para que sólo se utilice mientras tenga un efecto significativo en la lucha contra la pandemia".

FUENTE: Agencia AFP